Varios dirigentes del partido Al Fatá anunciaron ayer que Maruán Barguti, el encarcelado secretario general de la formación en Cisjordania, ha decidido presentar su candidatura a la presidencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en las elecciones del próximo 9 de junio a pesar de que Israel lo condenó a cinco cadenas perpetuas por "terrorismo". Según estas fuentes, el anuncio oficial de Barguti --en forma de carta de sus abogados-- es inminente.

Así lo dijeron a diferentes agencias de noticias Amin Maqbul, secretario general del Alto Comité de Al Fatá, y Abdelramán Al Chomali, miembro de este comité. Según ambos, los abogados de Barguti ya han dado a conocer la intención de su cliente a los líderes de Al Fatá. Maqbul añadió que la notificación oficial se efectuará cuando Barguti decida si se presentará en el marco de Al Fatá o como independiente.

CONVULSION POLITICA Sea como sea, la candidatura de Barguti, si finalmente se produce, sería un terremoto, ya que, por un lado, supondría un desafío a Abú Mazen, presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y candidato elegido por el comité central de Al Fatá. El anuncio de ayer se produjo pocas horas antes de que se reúna el Comité Revolucionario de Al Fatá, un órgano intermedio del partido que debe refrendar la candidatura de Abú Mazen.

Con Yasir Arafat en vida, Barguti era el segundo líder más popular, sólo por detrás del rais , y a mucha distancia de Abú Mazen. Considerado uno de los grandes líderes de la segunda Intifada fue arrestado por Israel en el 2002 y condenado en un tribunal de Tel-Aviv este año a cinco cadenas perpetuas. De ahí que su candidatura en las presidenciales sea una mala noticia también para Israel, que teme recibir presiones para liberar a Barguti.

Resulta difícil plantearse ahora, cuando su sentencia está tan cercana, que Israel excarcele a Barguti, pese a que en una entrevista el presidente del Estado hebreo, Moshe Katsav, dijo que si le llega una petición de amnistía, la estudiaría. Una excarcelación sería darle la razón a Barguti, que planteó su juicio como un proceso contra la ocupación y se compara a sí mismo con Mandela.