El robot europeo Beagle 2, que se perdió cuando intentaba posarse sobre la superficie de Marte, pudo haberse estrellado porque la atmósfera del planeta es menos densa de lo esperado y, lógicamente, la caída se produjo a una velocidad excesiva. Ni el sistema de paracaídas ni el posterior aterrizaje con airbags lograron salvar la nave que se precipitó sobre el suelo del planeta rojo.

Estas son al menos las conclusiones preliminares del equipo de científicos británicos que diseñó el robot, extraviado el 25 de diciembre en Marte, cinco días después de que se separara con éxito de la sonda Mars Express. Desde entonces, todos los esfuerzos para contactar con el Beagle 2 han sido infructuosos, tanto desde Tierra como desde las sondas que actualmente se encuentran en Marte.

Los responsables de la misión mostraron ayer en una rueda de prensa en la Royal Society de Londres una serie de fotografías que muestran cuatro enigmáticos puntos brillantes en la superficie del planeta. "Podría tratarse del módulo con sus paracaídas y sus airbags --declaró el investigador Lutz Richter--, pero son pruebas nada concluyentes". Más escéptico fue el director del equipo de científicos, Colin Pillinger, quien los atribuyó simplemente a una perturbación del sistema, a un "error de imagen".

Pillinger, profesor de la Open University insistió en la causa más probable del accidente: los paracaídas no soportaron la presión porque el Beagle 2 bajaba a demasiada velocidad. La razón de todo ello, según la hipótesis de los investigadores, es que las condiciones atmosféricas eran menos densas de lo esperado, algo también detectado por la NASA en sus dos últimas misiones. Sin embargo, tanto el Spirit, que llegó a Marte el 3 de enero, como el Opportunity, que lo hizo 21 días después, lograron posarse sin contratiempos.

EL FALLO NO DEPENDIO DEL TERRENO Sobre la región escogida para aterrizar, que ha resultado más escarpado de lo anunciado, con muchos cráteres y colinas, los científicos defendieron la opción y descartaron que el robot se hubiera destrozado por ese motivo.

De hecho, la NASA también había analizado la Isidis Planitia como destino para sus rovers. El 19 de diciembre, El Beagle se había separado con éxito de la Mars Express, a bordo de la cual había hecho el viaje desde la Tierra, y tenía previsto posarse en Marte el día de Navidad. Si así lo hizo, sufrió desperfectos insalvables: tras semanas de búsqueda, los responsables de la misión lo dieron definitivamente por perdido el 11 de febrero.