La derrota futbolística del domingo en Madrid no ha impedido a David Beckham viajar a Inglaterra para ocuparse de sus alterados negocios matrimoniales. Tras una semana de íntimas revelaciones --realizadas por dos presuntas amantes, la modelo Sarta Marbeck y la asistente Rebeca Loos --, la pareja contraatacó ayer calificando las alegaciones de "absurdas" y pusieron el asunto en manos de sus abogados.

Desde la capital española el futbolista voló con su mujer en un avión privado para reunir urgentemente un gabinete de crisis en su mansión de Hertfordshire, conocida popularmente como Beckhingham Palace. Asesores, letrados y relaciones públicas de la estrella del balón y la cantante estudiaron diversas salidas para zanjar la crisis y evitar que se aireen nuevos deslices, tan perjudiciales para la idílica imagen de los Beckham. Además de la adopción de posibles medidas legales, en el comunicado emitido por 19 Management --la agencia que representa a Victoria -- se tachaba lo publicado de "absurdo e insustancial". "La pareja continúa negando esas historias y no harán más comentarios de momento", añade la nota.

"Mantenemos al 100% lo publicado. Nuestras revelaciones hablan por sí mismas", fue la respuesta inmediata de los portavoces de The News of the World, el dominical que ha destapado las aventuras del capitán de la selección inglesa.

De momento, Victoria ha optado por mantenerse, al menos ante las cámaras, al lado de su marido. El domingo, coincidiendo con la publicación de las declaraciones de Marbeck, seducida por Beckham hace tres años en Singapur, la ex-Spice Girl hizo acto de presencia en el Bernabeu junto a su suegra. El affaire con el jugador fue ayer condenado por el padre de la bella malaya de 29 años. Terrance Marbeck, un abogado que reside actualmente en Australia, dijo sentirse "bastante mal" después de haber conocido el escándalo. Por su parte, Rebecca Loos, está estudiando una oferta de 800.000 euros a cambio de contar su versión en televisión.