España avanza en la desescalada de la crisis sanitaria del covid-19 y ya es más fácil celebrar una boda. El alivio del confinamiento facilita así las ceremonias matrimoniales, tras una época en la que el coronavirus había complicado pasar por la vicaría.

Ya sea ante un párroco o ante un concejal en el ayuntamiento, dar el 'sí quiero' es ahora más fácil, ya que todos los territorios están en la fase 2 y 3, rumbo hacia la 'nueva normalidad'.

Así se deben ser los enlaces dependiendo de la fase en la que se encuentre cada territorio:

+ Fase 2:

Las bodas pueden realizarse en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, siempre que no se supere el 50% de su aforo. En total, podrán asistir un máximo de 100 personas en espacios al aire libre o de 50 personas en espacios cerrados. Además, es obligatorio mantener la distancia social entre los invitados, el uso de mascarilla y la higiene de manos. También habrá que garantizar la separación de las mesas durante el banquete, y los camareros tendrán que usar pantallas de protección.

+ Fase 3:

Se permiten las bodas y la asistencia a lugares de culto siempre que no se supere el 75 % del aforo hasta un máximo de 150 personas en espacios al aire libre o de 75 personas en espacios cerrados.

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España es el cuarto país de la Unión Europea donde menos personas se casan, con un ratio de 3,5 bodas por cada 1.000 individuos, y el tercero con más divorcios, el 57,2 % de los enlaces, según datos publicados por la oficina de estadística comunitaria, Eurostat. En concreto, se celebran al año 170.000 bodas según el INE.

La mayoría de ella se concentran entre abril y octubre y el presupuesto medio ronda los 20.500 euros, según datos de un estudio elaborado por el portal Bodas.net en colaboración con ESADE y Google. El sector de las bodas prevé unas pérdidas de 3.500 millones de euros a consecuencia del confinamiento por la pandemia, y las perspectivas no son nada halagüeñas, dado que las parejas prefieren posponer sus compromisos hasta al menos 2021, a la espera de que se suavicen las "incómodas" medidas de distanciamiento social. El sector, que genera unos 350.000 empleos directos, factura alrededor de 6.000 millones de euros anuales.