Freda Jackson es una octogenaria británica que quería veranear en España pero a quien no le gustan los españoles. «El entretenimiento del hotel estaba completamente enfocado en los españoles, ¿por qué no se van a otra parte durante sus vacaciones?», se queja tras su estancia en Benidorm.

Esta mujer de 81 años pasó sus vacaciones en la localidad alicantina con una amiga de 61 años pero, lo que parecía un sueño hecho realidad, acabó siendo «un desastre de principio a final». «El hotel estaba lleno de españoles y nos sacaban de los nervios porque eran muy groseros», se queja, según la versión recogida por Daily Mirror: «Una tarde un español casi me noquea y se marchó sin ni siquiera pedirme disculpas», lamenta, antes de pedir el reembolso u otro viaje gratis.

En concreto, la pareja reservó un hotel en abril de 2017 por valor de 1.268 euros. «Mi amiga y yo pagamos el viaje con nuestras pensiones y supuso un esfuerzo ahorrar durante un año y que las vacaciones fueran una ruina», cuenta, antes de admitir que lloró después.

Por si fuera poco, a Freda tampoco le gustó que su habitación estuviera en el piso 14, ya que ella tenía problemas de movilidad, aunque la compañía «afortunadamente» pudo mover su habitación a la segunda planta, «a 42 escalones de la piscina».

Por último, lamenta un cambio «no notificado» en la fecha de sus vuelos, que terminó por «arruinar» su viaje.

PERDÓN DE LA AGENCIA

La pensionista dice que la agencia Thomas Cook le recomendó el hotel y le aseguró que no tenía que preocuparse por el acceso al mismo. En total, el viaje les costó 1.133 libras y solicitan un reembolso completo.

En un principio, la agencia les ofreció un cheque de 75 libras por las molestias causadas, que ellos rechazaron. Ahora, la oferta ha ascendido a las 566 libras, pero todavía no han decidido cuál es su respuesta. La agencia de viajes aseguró a los medios locales de Lancashire que va a investigar lo ocurrido para que no vuelva a suceder y pidió perdón a las afectadas.