Un caso similar ocurrió el 14 de octubre del 2001, cuando Manuel Brito, recluso de la prisión de Ponent, en Lérida, iba a ser trasladado a un centro sanitario porque se había autolesionado. Francisco Javier Picatoste, otro recluso que estaba de permiso, disparó contra los dos mossos que escoltaban a Brito. Uno de los agentes quedó tetrapléjico.Los dos se fugaron y se escondieron 32 días. El 13 de noviembre, mataron a un joven que estaba con su novia, a la que agredieron sexualmente. Días después fueron detenidos.