Ni las leyes ni la feroz lucha contra la indecencia en Estados Unidos han sido capaces de poner en peligro la rentable y prolífica industria del porno. Sin embargo, desde hace dos días el mundo del entretenimiento adulto zozobra debido a la reaparición de su más letal enemigo: el sida. Después de detectarse dos casos en actores porno, la mayoría de las productoras han decidido suspender sus rodajes durante al menos dos meses, el tiempo necesario para comprobar si los dos afectados han podido contagiar a algún compañero de rodaje. El riesgo, dada la escasa protección entre los intérpretes y el incontrolable mercado negro, es alto. La crisis es real.

El primer caso, que se dio a conocer el miércoles, se detectó el 12 de abril. Darren James, uno de los 6.000 actores porno que trabajan en California, se sometió a los controles que cada tres semanas realiza la Fundación de Cuidado Médico de la Industria Adulta (AIM) a 1.200 intérpretes. Esta organización, fundada en 1999 y líder en protección sanitaria de los actores de pornografía, admite que sólo el 17% de éstos usa protección. Los intérpretes porno cobran entre 150 y 4.000 euros al día.

SIN CONDON La anterior prueba de James, realizada en marzo, había sido negativa. Tras un rodaje en Brasil, donde practicó sexo sin preservativo, se sometió a otro test en abril y dio positivo. James es el primer actor porno en el que se detecta el virus en los últimos cuatro años.

La AIM hizo saltar las señales de alarma y recomendó con urgencia el cese de todas las producciones durante dos meses, petición que reiteró Adult Video News , principal publicación de la industria. Cerca de una docena de compañías decidieron secundarla, aunque no están obligadas a hacerlo por ley. Otras, como Wicked Pictures y Vivid Video, inicialmente anunciaron que seguirían rodando. Ambas productoras de porno, las mayores de EEUU, alegaron que su política exige grabar sólo escenas en las que se usen preservativos. Además, añadieron que sus actores están obligados a realizar pruebas médicas un mes antes de empezar los rodajes.

Ayer, sin embargo, Vivid anunció que se sumaba a la cuarentena voluntaria. Y parte de la decisión estuvo basada en el descubrimiento del segundo caso de sida. La AIM, tras comprobar la infección de James, había pedido a los 14 actores que habían trabajado con él en las últimas semanas que se sometieran a las pruebas del sida, que no son obligatorias por ley. Asimismo, lo recomendó a las otras tres decenas de actores y actrices que, a su vez, habían tenido contacto sexual con esos 14.

Las pruebas del sida realizadas demostraron que Lara Roxx, una joven de 18 años que rodó escenas con James, estaba también infectada. La lista de potenciales contagiados se multiplica, mientras el pesimismo cunde en el sector. "Esto será lo peor que nos ha pasado nunca", concluyó Jim South, el dueño de una agencia con 28 años de experiencia en la industria de la pornografía.