La escena en uno de los apartamentos del 7010 de Park Heights Avenue, un tranquilo barrio de Baltimore (Maryland, EEUU), era tan desagradable que el primer policía que entró allí el jueves por la tarde no pudo soportarlo y tuvo que ser relevado. En una habitación yacían los cuerpos sin vida, golpeados y degollados, de Lucero Quesada, un niño de 9 años, y su hermana Alexis, sólo un año mayor. En el otro cuarto la escena era incluso más brutal. Allí yacía el cadáver de Ricardo Espinosa, un primo de los Quesada de 9 años. Había sido decapitado. Dos primos de las víctimas han sido detenidos.

El cruel e inexplicable crimen que el alcalde de Baltimore, Martin O´Malley, definió como "brutal, trágico, incomprensible y triste", revolvió ayer los estómagos de todo Estados Unidos. Aunque la policía de Baltimore informó de que había detenido y acusado de la matanza a dos primos de las víctimas, de 17 y 23 años, no había ninguna explicación sobre el posible motivo, sólo conmoción y la atribución del crimen a "alguien sin conciencia".

AFECTADO POR EL SUCESO "Llevo 35 años en el cuerpo y he visto mi dosis de asesinatos, pero nada tan truculento como esto. Cualquiera que tenga un niño o conozca uno estaría afectado por lo que yo vi. Es una de las cosas más tristes de mi vida. Es algo que recordaré hasta que exhale mi último respiro" dijo el subjefe de la policía, Kenneth Blackwell.

Fue alrededor de las cinco y media de la tarde cuando las madres de los niños volvieron al apartamento que compartían en un edificio art- deco que en 1998 fue incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos. Allí encontraron los cadáveres de sus hijos, que habían regresado un par de horas antes del colegio. Una de las mujeres, dos hispanas que hablan poco inglés, salió en busca de ayuda de los vecinos de un barrio habitado por judíos ortodoxos. Uno de ellos le acompañó a la casa y llamó a la policía para traducir el desesperado mensaje: "Todo mi apartamento está lleno de sangre. Han matado a mi familia".

Tras revisar el apartamento y los alrededores, la policía encontró en el jardín trasero del edificio un cuchillo grande de cocina que al parecer fue el arma utilizada para la matanza. Dentro del ordenado piso no se hallaron ni armas ni indicios de consumo de drogas.

INCIDENTE AISLADO La detención y acusación de dos jóvenes hispanos, primos entre ellos y primos de las víctimas, fue anunciada ayer. Y, aunque la policía considera el crimen un "incidente aislado" y asegura que "los vecinos no tienen motivos para estar preocupados", la incertidumbre se extendió en el barrio.

"Normalmente caminamos por aquí bien entrada la noche y nos sentimos seguros, ahora no sé qué sentir", declaró Matt Teichman, un estudiante. "Este país da cada vez más miedo", comentó a The Washington Post Emmanuel Hyde, otro vecino. "No sé en qué tipo de sociedad van a vivir nuestros nietos", dijo.