En la farmacia de José Ramón Bauzá, el expresidente del Govern balear con el PP, llevan días sin mascarillas. Es la botica que este domingo estaba de guardia en Marratxí, cuando se conoció que un vecino británico de este municipio es el primer caso de coronavirus en la isla. La semana pasada, antes de que se supiese esto, ya vendimos 50 mascarillas en un día, destaca Isa, la técnico de farmacia. Sin el virus expandiéndose por China y el resto del mundo, lo normal era que la caja de 50 durase mucho, porque solo las pedían de vez en cuando. Su compañera María del Mar, farmacéutica adjunta, mira en el ordenador el listado de la cooperativa que abastece a todos los establecimientos de Mallorca y lo único que sale racionado, indica es un modelo con filtro cuya caja con 10 mascarillas cuesta 66,44 euros.

Las llamadas quirúrgicas, de papel y más finas, están agotadas, aunque los clientes las continúan pidiendo. Una chica asiática vino el sábado porque quería enviarlas a su país y no pudimos ofrecerle nada, señalan. Ambas se pasaron la tarde de domingo hablando del tema con quienes entraban en la farmacia, sobre todo después de conocer que uno de sus vecinos ha dado positivo. No hay alarma, pero sí un gran interés en saber qué precauciones tomar.

La principal es lavarse mucho las manos, como dijo esa misma mañana la directora general de Salud Pública del Govern, Maria Antònia Font, durante la rueda de prensa para informar del segundo caso de infección en España. La recomendación a la población general (la que no está en un grupo de riesgo) no es usar mascarillas de protección, porque crea una falsa sensación de seguridad, en palabras de Font.

Lo mejor es la higiene y parece que numerosos residentes de Marratxí ya lo saben, debido a que en la farmacia de Bauzá también se han acabado los desinfectantes de bolsillo, los más baratos. Aún les quedan unos de colores más elegantes, los de medio litro y de un litro entero.

Carteles informativos

En el centro de salud Martí Serra, en el municipio del paciente que permanece en Son Espases, ayer colocaron en recepción un cartel que señala: Por respeto a todos, utilicen mascarilla en caso de tos, fiebre y mocos. Y por favor, guarden una distancia prudencial con el personal del centro sanitario. Cuenta la administrativa que lo decidieron por la mañana entre los médicos y el resto de trabajadores. Hasta las cuatro de la tarde, había repartido 60 mascarillas. Rosa Jiménez acudió al centro sanitario para pedir una, debido a que padece la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y estaba preocupada, con miedo. Lo del coronavirus me ha influido. Estoy dentro del grupo de riesgo y no me quiero contagiar, explica.

Los servicios sanitarios tienen cubierto el abastecimiento, en palabras de la directora general de Salud Pública, como los grupos de riesgo y los colectivos sanitarios. En cuanto a los usuarios de los centros médicos con tos, fiebre y mocos, cuando les das una, se preocupan, pero si les explicas que es porque está activado el protocolo preventivo básico, que obliga a ello, le quitan hierro, en palabras de la trabajadora. Con los síntomas de la gripe, ahora hay que dar mascarillas. La finalidad es prevenir la aparición de otro caso como el del británico.