Con la estadística en contra, la infanta Cristina, de 39 años, aseguró ayer que le haría "ilusión" que el cuarto hijo que espera fuera una niña. "Pero si no, da igual", afirmó ayer a mediodía a la salida de su trabajo en la Fundación La Caixa, en Barcelona. Minutos antes, la Casa Real había emitido un comunicado en el que confirmaba lo que hacía días que se venía diciendo en voz baja: que los duques de Palma tendrán un bebé a principios de verano. Todos los ojos pendientes de la cintura de Letizia, y resulta que el nuevo parte de natalidad ha llegado desde Barcelona.

Camino del aparcamiento de la Fundación La Caixa, la infanta Cristina dijo que está "llevando bien" el embarazo. Y sin desbaratar en ningún momento la sonrisa, admitió dos cosas: que en estos tres meses de gestación aún no han pensado en posibles nombres, y que sus otros tres hijos (Juan Valentín, de 5 años; Pablo Nicolás, de 4, y Miguel, de 2) ya saben que en las próximas vacaciones de verano tendrán un nuevo hermano en casa.

´TOUR´ ESCOLAR "Toda la familia está muy contenta", añadió. Con las declaraciones cumplidas, la duquesa emprendió por la tarde el tour escolar: primero fue a buscar a sus hijos mayores al colegio y, más tarde, recogió al pequeño en la guardería.

Además de Barcelona, Mondragón tuvo su hueco en el mapa de la noticia. Los reyes Juan Carlos y Sofía se encontraban en esa población guipuzcoana para inaugurar una planta de producción y poner la primera piedra de un parque tecnológico de Fagor, cuando se convirtieron en portavoces accidentales del embarazo. "Estamos muy contentos y felices. Si ellos lo están, nosotros también", dijo Juan Carlos. Tras dar el parte de gestación del que será su sexto nieto, los Reyes recibieron las felicitaciones del cortejo que les acompañaba, en el que se encontraba el lendakari, Juan José Ibarretxe, informa Aitor Ubarretxena. Fue un amable colofón para una visita que había empezado a contrapelo: algunos vecinos les habían dado la bienvenida con rock radical vasco.

La noticia del embarazo de la infanta vuelve a poner en el punto de mira a los príncipes de Asturias. A finales de noviembre, el propio Felipe aseguró en una cena con periodistas que "este año se acabó el cuándo y el con quién", en alusión al gran enigma que durante años fue su boda. Sin embargo, nada más volver del viaje de novios empezó el pressing por el deber dinástico. En Asturias, una mujer les sorprendió con un "¿para cuándo un Pelayín?". El enigma sigue en el aire.