El chico de Tarragona de 22 años y la joven holandesa de 29 detenidos este sábado por los Mossos como presuntos organizadores de la 'rave' ilegal que se celebró durante 40 horas en Llinars del Vallès (Barcelona) pasarán este lunes, día 4, a disposición judicial, según han informado a Efe fuentes de los Mossos. Ambos se enfrentan a una sanción administrativa de hasta 600.000 euros por incumplir la normativa anticovid.

A consecuencia de esa macrofiesta de Nochevieja, la policía autonómica arrestó a esas dos personas e imputó a otras cinco como supuestos organizadores y por desobediencia grave.

Además, el Departament d'Interior requirió a la Fiscalía que determinase si los organizadores de la fiesta pudieron cometer también un delito contra la salud pública.

Pruebas de alcoholemia y de drogas

En la fiesta se identificaron a 215 asistentes, que pueden ser sancionados con multas de hasta 3.000 euros por saltarse las medidas contra la pandemia. Entre ellos hay 100 españoles, 35 franceses, 10 andorranos, 10 italianos y otros procedentes de diversos países como Luxemburgo o Austria.

En el desalojo de la nave en la que se celebraba la 'rave', los Mossos practicaron 61 pruebas de alcoholemia, que dieron negativo, y una de consumo de droga, que dio positivo. También levantaron 30 actas por los vehículos estacionados en las inmediaciones con documentación caducada, algunos también la ITV. Los agentes decomisaron todos los equipos electrónicos y de sonido que se usaron en la fiesta.

Dilación excesiva

Los Mossos tuvieron constancia de la macrofiesta a las 21.00 horas del jueves 31 de diciembre. Según el 'conseller' d'Interior, Miquel Sàmper, se descartó intervenir sin luz solar debido a que el espacio entrañaba riesgo y, según el mayor Josep Lluís Trapero, porque el estado de euforia de algunos asistentes podría haber complicado mucho la intervención de orden público.

Tampoco se actuó el viernes 1 de enero, según ambos, porque al tratarse de una aglomeración enmarcada dentro de una pandemia mundial se solicitó a la Conselleria de Salut instrucciones sanitarias sobre cómo proceder. Sin embargo, Salut respondió que debían actuar como en el resto de desalojos anteriores, algunos de características muy similares.

Sorpresa de los agentes

Entre los propios agentes también causó sorpresa el retraso. "Es normal que no quisieran entrar de noche por la falta de luz ¿pero por qué no se hizo nada el viernes?, repreguntaban.

Tras una reunión a las 10.00 horas del sábado 2 de enero, los Mossos enviaron finalmente 500 policías y tomaron el control del recinto a las doce del mediodía. En el interior les esperaban varios centenares de personas que seguían bailando -o moviendo el cuerpo como podían después de un día y medio de fiesta-. Entre ellas había una mujer en topless que trataba de ejercer de portavoz con los antidisturbios, lo que añadió confusión a la situación.