El Presidents Club Charity Dinner es uno de los grandes eventos sociales del año en Londres. Una cena benéfica semisecreta a la que solo acuden hombres y donde se recaudan millones para hospitales infantiles y otras buenas causas. A la cena, en el lujoso Hotel Dorchester, acudieron 360 personalidades del mundo de las finanzas, los negocios y la política. Para acompañarles fueron contratadas 130 azafatas, «altas, delgadas y guapas». Entre ellas estaba la periodista encubierta del Financial Times Madison Marriage, que después contó que ella y muchas de las jóvenes -la mayoría estudiantes tentadas por la paga de 150 libras (172 euros) y 25 (28 euros) más para el taxi- fueron acosadas sexualmente, toqueteadas y recibieron proposiciones indeseadas. La agencia les pidió que vistieran con ropa negra corta, lencería a juego y zapatos de tacón alto. Muchas de las azafatas fueron toqueteadas, escucharon comentarios obscenos y recibieron insistentes peticiones de ir a las habitaciones del hotel. Uno de los invitados se abalanzó para besar a una chica; otro invitó a una azafata a subir a su habitación y otro más mostró el pene durante la velada. No faltaron manos en el culo y en las caderas. Un tipo de más de 70 años preguntó a una de las chicas de 19 si era una prostituta. El escándalo se cobró ayer la dimisión del presidente del Presidents Club, David Meller. Un hospital beneficiario de los donativos devolverá los obsequios.