El Ministerio de Sanidad obliga desde principios de año a los centros en que se aplica acupuntura y otras terapias no convencionales, como naturopatía, homeopatía y osteopatía, a que estén dirigidos por un médico. Un reciente real decreto y la ley de ordenación de las profesiones sanitarias establecen esta obligación, entre otros requisitos de control. Los acupuntores no médicos, que han solicitado en repetidas ocasiones la regulación de dichas técnicas sanitarias, califican la medida de "tropelía" y favoritismo hacia los facultativos oficiales que, de forma mayoritaria, no conocen ni practican la acupuntura.

Según el departamento que dirige Ana Pastor, el objetivo de las nuevas normas es aumentar las garantías de seguridad asistencial de los servicios sanitarios. También persigue, mediante la creación de un registro general, que haya un control de todos los centros y que los ciudadanos conozcan cómo son los servicios a los que acuden. "No obstante, la autorización de apertura es competencia de las comunidades autónomas, que lógicamente tendrán en cuenta los requisitos legales", explicó un portavoz.

Actualmente, ejercen la acupuntura en España unos 7.000 profesionales, de los cuales unos 2.000 son médicos. El resto son diplomados de enfermería, psicólogos o personas que han aprendido esta técnica milenaria en escuelas extranjeras.

"Los acupuntores no médicos somos mayoría y los de mayor antigüedad y experiencia --advierte indignado Carlos Nogueira, presidente de la Sociedad Española de Acupuntura (SEA)--. Se podría llegar a dar la paradoja de que los pioneros en España, que hemos formado al 70% de los acupuntores españoles, médicos y no médicos, no podamos ejercer".

La SEA calcula que más de 500.000 enfermos tratados en la actualidad con medicinas alternativas, de los que 250.000 reciben acupuntura, no podrán recibir tratamiento, ya que el 80% de los centros podrían cerrar.