El acuerdo del taxi de Barcelona ha espoleado la protesta de los huelguistas madrileños. Tras culminar el cuarto día de paro, los taxistas anunciaron ayer que se proponen seguir «con más fuerza» y programar acciones «más contundentes» hasta que el Ejecutivo regional ceda como lo ha hecho la Generalitat. Hasta el líder de la huelga de Barcelona, el presidente de Élite, Alberto Álvarez, se desplazó anoche a Madrid para contarles en directo las claves de su éxito.

Hay consenso entre las entidades en que con la hora de precontratación de los VTC pactada por el Govern y el Ayuntamiento de Barcelona sería suficiente para satisfacer sus reivindicaciones y volver al trabajo. Incluso algunos se conforman con menos. El presidente de la asociación mayoritaria, Fedetaxi, Miguel Ángel Leal, se mostró dispuesto a que en Madrid se establezca solo media hora, frente a la hora de Barcelona (15 minutos de la Generalitat a los que el ayuntamiento sumará otros 45 minutos para reservar).

El problema, para los taxistas de la capital de España, es que el presidente regional, Ángel Garrido, pasa la bola a los ayuntamientos sin hablar hasta ahora con ninguno de ellos mientras culpa al ministro de Fomento, José Luis Ábalos, de causar «el caos» al «hacer dejación de funciones».

La reunión que mantuvieron por la mañana técnicos del Ayuntamiento de Madrid y de la Consejería de Transportes de la Comunidad abrió un cierto espacio a «la esperanza». El encuentro lo propició la alcaldesa, Manuela Carmena, al ofrecerse para mediar en el conflicto, pero el ejecutivo regional no lo ha querido elevar al nivel político.

Un taxista fue detenido en la estación de Atocha y otros dos cuando un grupo intentaba cortar la M-40 cerca de Ifema donde se celebra Fitur. Esta vez la policía actuó con más contundencia e impidió que los cortes de esta arteria. Hubo 10 heridos.

Los huelguistas también protagonizaron una marcha lenta tras concentrarse frente a la Asamblea de Madrid.