Los cocineros franceses estaban ayer conmovidos e impresionados por el suicidio de uno de los más grandes chefs que ha dado el vecino país, Bernard Loiseau , de 52 años, propietario de La C´te d´Or (en Saulieu, Borgoña), que el lunes se pegó un tiro con una escopeta. Según algunas interpretaciones, Loiseau no había podido soportar que la guía GaultMillau le bajase dos puntos en la califición (de 19/20 pasó a 17/20) y que corrieran rumores de que la Michelin lo iba a castigar con la supresión de estrellas. Desde 1991, Loiseau tenía la máxima calificación, que son tres.

En un negocio como el suyo, la pérdida de prestigio afecta a la caja, sin contar el navajazo en el amor propio. En 1998 su grupo (que en París tiene tres restaurantes) entró en la bolsa.

Ayer, Patrick Mayenobe , director de GaultMillau, disculpó a las guías: "No es una nota lo que lo ha matado ni una estrella menos. Tenía otros problemas". No era de la misma opinión el maestro Paul Bocuse , que dijo: "Creo que la GaultMillau lo ha matado".

La viuda, Dominique , explicó que Loiseau se encontraba "fatigado" y "preocupado" por la severidad con la que era juzgado.