Ni las montañas detienen el febril tránsito de los arrozales al cemento. Cientos de ellas son afeitadas para cubrir con su tierra los valles que acogerán a ciudades. Los expertos han alertado de los riesgos de una práctica que empezó una década atrás y que últimamente se ha extendido a ciudades como Chongqing, Shiyan, Yichang, Lanzhou o Yan'an.

Sirva de ejemplo Lanzhou, de 3,6 millones de habitantes y capital de la provincia de Gansu. En los márgenes de esa ciudad, célebre por su sopa de fideos, unas 700 montañas se están alisando desde el 2012 para conseguir 130.000 hectáreas que acogerán a medio millón de habitantes.

Fuerte inversión

Un vídeo promocional anticipa relucientes rascacielos, parques, un aeropuerto y un estadio de fútbol. Tras la iniciativa está Yan Jiehe, el Donald Trump chino. El nuevo barrio incrementará el PIB regional en 34.000 millones de euros en el 2030 y ya ha atraído más de 8.600 millones de euros en inversión, según el diario China Daily. Un cuadro ejemplar de "economía sostenible basada en industrias que ahorran energía".

Sin embargo, expertos del Departamento de Ciencia e Ingeniería Medioambiental de la Universidad de Chang'an cuestionan el optimismo. Los efectos "económicos, técnicos y medioambientales" de esa cirugía radical sobre la epidermis terrestre no se han estudiado lo suficiente, afirman en un estudio publicado el 4 de junio en Nature.

Esos terrenos podrían hundirse si están mojados, causando el colapso de estructuras. "Sobre la tierra se pueden levantar edificios, pero para saber la altura máxima son necesarios estudios de ingeniería", dice Peiyue Li, autor del estudio.

La experiencia ya ha mostrado acuíferos contaminados, erosión y hundimientos, mientras que la destrucción del ecosistema dificulta la supervivencia de animales salvajes y plantas. El análisis recuerda los deslizamientos de tierra e inundaciones en Shiyan, situada cerca del megaproyecto, que usa canales para llevar agua del sur hasta Pekín y las provincias norteñas.

Las urgencias desarrollistas nacionales y los intereses económicos impiden un debate más sosegado. En Lanzhou se detuvieron las operaciones en abril del pasado año cuando el polvo marrón proveniente de los restos de las montañas disparó la contaminación.

Un estudio medioambiental debía acreditar la operación, pero las máquinas reanudaron su tarea al mes, sin noticias del estudio. La erosión del terreno durante las operaciones aumenta el 10% y las partículas de polvo en el aire, el 45%, dice el estudio.

Lanzhou encabezó la lista de ciudades más contaminadas en el 2013, según los informes elaborados por la Organización Mundial de la Salud. El proyecto, valorado en unos 1.840 millones de euros, no podía retrasarse más.

Como cortes de cuchillo

Las montañas parecen cortadas a cuchillo. La práctica no es nueva: en EEUU se usó en proyectos mineros al aire libre, pero nunca para la construcción urbanística ni con la magnitud china. Yan'an doblará su superficie con 78,5 kilómetros cuadrados de suelo liso.

"No creo que haya otra forma de convertir un terreno montañoso en un distrito urbano porque las ciudades montañosas están en valles estrechos y su expansión es difícil", continúa Li. En contra de lo que sugieren varios artículos, no están "totalmente" en contra de la campaña, sino que pretenden acelerar la colaboración entre expertos y la investigación para que se ejecute con seguridad.