Uno de los casinos más famosos de Londres, el del Hotel Ritz, parece haber sido el escenario de una estafa de sofisticada tecnología. Scotland Yard sospecha que una banda integrada por una mujer húngara de 32 años y dos cómplices serbios, de 38 y 33 años respectivamente, utilizaron un escáner oculto en un teléfono móvil que, conectado a un ordenador, revelaba el numero ganador en la ruleta.

En dos visitas a principios de este mes al elegante casino, frecuentado por una acaudalada clientela internacional, el trío ganó dos millones de euros. La húngara, que ha sido descrita como "guapa y elegante", apareció con sus dos acompañantes en el un magnifico salón de estilo eduardiano del Ritz hace una semana. En aquella primera sesión se llevaron 150.000 euros. Al día siguiente regresaron y esta vez las ganancias fueron de casi 1,8 millones de euros.

Los encargados del local pagaron una parte en metálico y el resto en un cheque. Luego, como es habitual cuando se produce un desembolso de estas dimensiones, el casino revisó los vídeos del sistema de cámaras de seguridad y acto seguido avisó a la policía.

Es un caso "extremadamente complejo", reconocen los detectives que han confirmado la detención de "tres personas sospechosas de obtener dinero mediante engaño con el juego de azar".

La policía presume que la banda camufló en los móviles un escáner con láser capaz de predecir, con un margen de error muy bajo, la zona de la ruleta en la que caerá la bola. Una vez que la ruleta empieza a girar, el escáner se activa y calcula la velocidad de la bola, envía la información a un microordenador que analiza miles de combinaciones simuladas y devuelve al móvil del jugador el número o números donde su apuesta tiene más probabilidades de ser altamente rentable.

Toda la operación, pese a su complejidad, sólo dura dos o tres segundos y el fraudulento cliente tiene tiempo de completar la apuesta. "En la ruleta, los sistemas matemáticos han sido utilizados durante años y cuando se usa tecnología las posibilidades aumentan", ha declarado el profesor Mark Griffiths, experto en juego y apuestas.

Scotland Yard teme que la banda forma parte de una red internacional de lavado de dinero y crimen organizado de Europa del Este. El caso también plantea problemas legales. La actual legislación sobre juegos de azar y estafa promulgada en 1845 prohíbe el uso de "aparatos ilegales". Sin embargo, en casos previos se ha argumentado que esos aparatos no interfieren en el juego y son un simple sistema para apostar y ganar.