El presidente de Mozambique, Felipe Nyusi, afirmó ayer que «todo indica que podría haber más de mil muertos» a causa del paso del ciclón Idai por el país, si bien confirmó que el balance oficial por el momento es de 84 víctimas. «Las aguas de los ríos Pungué y Buzi se han desbordado, haciendo desaparecer aldeas enteras y aislando por completo comunidades», explicó el presidente en declaraciones a la emisora Radio Mozambique, antes de agregar a renglón seguido que «hay decenas de cuerpos flotando» en la superficie.

«Es un verdadero desastre de grandes proporciones», subrayó el mandatario, al tiempo que destacó que la principal preocupación de las autoridades es salvar vidas. El ciclón también ha dejado al menos 65 muertos en Zimbabue y 56 en Malaui, donde el número de desaparecidos y desplazados se eleva a centenares de personas, por lo que el cómputo final en ambos países elevará el número de fallecidos.

DESTRUCCIÓN MASIVA

El ciclón Idai llegó al litoral de Mozambique, a unos 300 kilómetros al este de Zimbabue, el jueves por la noche y dañó gravemente la ciudad costera de Beira, lo que originó la muerte de al menos 19 personas y conllevó el corte de la electricidad y las comunicaciones a sus 500.000 residentes.

Esta ciudad, la cuarta más grande del país, se encuentra destruida en un 90%, según indicaron fuentes de la Federación Internacional de la Cruz Roja. El centro de Mozambique registra desde principios de marzo fuertes precipitaciones e inundaciones, unas lluvias torrenciales que ya dejaron al menos 66 muertos y 150.000 damnificados, según las autoridades locales.

Las lluvias violentas también golpearon el sur del vecino Malaui, donde se cuentan 56 muertos, cerca de un millón de damnificados y más de 80.000 desplazados, en base al último balance oficial. Mozambique y Malaui, dos de los países más pobres del mundo, están sometidos desde hace años a largos periodos de sequía que se alternan con episodios de fuertes lluvias devastadoras. El Gobierno de Zimbabue declaró el estado de desastre en las zonas afectadas por el ciclón, el más potente que ha sufrido el país desde el paso del Eline, que devastó el sur y el este de Zimbabue en el 2000.