Ni ellos son de Marte y ellas de Venus; ni los hombres solo son capaces de centrar su atención en un trabajo a la vez, ni las mujeres son las únicas capaces de realizar más de una labor simultáneamente con éxito. El mito de que la multitarea es una habilidad exclusiva de uno de los géneros, en este caso el femenino, no es nada más que eso: un mito. Y así lo confirma, una vez más, un nuevo estudio publicado en la revista científica 'Plos One', en el que se demuestra que el rendimiento de hombres y mujeres ante desafíos que requieren desplazar la atención de una tarea a otra es el mismo. Se acabaron las excusas para aquellos que tratan de esquivar alguna tarea.

Esta nueva investigación, en la que se ha puesto a prueba la habilidad de 48 hombres y 48 mujeres en el mismo entorno y con las mismas tareas, prueba que no existen diferencias significativas ni en el tiempo de reacción ni en la precisión de las tareas. Tanto en los casos en los que se tenían que realizar diferentes trabajos de manera simultánea, como hablar por el móvil mientras se cocina y se mira la televisión; como cuando se ejecutaban varias tareas de manera seguida, como al tener que organizar un calendario, enviar unos mensajes y después atender a una llamada. En ambos escenarios, hombres y mujeres obtenían resultados igual de buenos. Estudios anteriores, publicados en revistas como 'Psychological Research', cambiaban el foco y concluían que tanto ellos como ellas rinden igual de mal. Sea cual sea el punto de partida, una vez más quedaría probado que el género no determina las habilidades cognitivas de cada individuo.

EL PASADO OSCURO DEL NEUROSEXISMO

Entonces ¿por qué el mito de que la multitarea es cosa de mujeres sigue estando tan extendido en la sociedad? Algunos estudios sobre la percepción de este fenómeno concluyen que esta idea pervive con fuerza en la mayoría de la población y que, de hecho, casi el 80% consideran que se trata de una 'habilidad femenina'. La respuesta fácil sería atribuir este fenómeno a los estereotipos de género y dar la cuestión por zanjada. Pero, si echamos la mirada atrás, la ciencia también ha tenido parte de culpa en la extensión de estas ideas. O, mejor dicho, en aportar un 'fundamento científico' para demostrar su validez. En resumen, por el neurosexismo.

Partiendo de la refutada idea de que existe un cerebro masculino y uno femenino anatómicamente distintos, durante décadas los científicos han estudiado cómo estas diferencias biológicas podían afectar a las capacidades cognitivas de cada uno de los géneros. Ciertas investigaciones basadas en resonancias magnéticas y pruebas neuropsicológicas, por ejemplo, apuntaban a que en las mujeres se producía una mayor activación e interconexión de regiones del cerebro que facilitan la multitarea. Para otros, todo es atribuible a una cuestión de hormonas y, sobre todo, a las fluctuaciones de estrógeno. Algunos expertos argumentan que este fenómeno podría incluso explicarse como un mecanismo evolutivo según el cual las hembras, tradicionalmente responsables del hogar y el cuidado de los hijos, han tenido que desarrollar una 'capacidad especial' para realizar múltiples tareas de manera simultánea.

MIRADA CRÍTICA CONTRA LOS SESGOS

Muchas de estas premisas, que perpetúan el dogma de la diferencia entre los sexos, han despertado recelo dentro la comunidad científica. ¿La razón? Que las investigaciones planteadas para buscar diferencias o justificar determinados fenómenos están ya de por sí sesgadas. Tal y como explica la catedrática en psicología Janet Hyde, el estudio de las habilidades cognitivas humanas es un claro ejemplo. Si damos por hecho que las mujeres son mejores en la gestión de las multitareas que los hombres, todo dato que respalde esta hipótesis será magnificado; mientras que aquello que la contradice se tenderá a minimizar. "Por esto que decimos que los estereotipos son muy resistentes al cambio", comentaba directora del Women's Studies Research Center en una entrevista a este diario.

Volviendo al ejemplo de la multitarea, estudios adicionales han demostrado que esta habilidad no se desarrolla mejor o peor en función del género. La capacidad de gestionar múltiples tareas con éxito depende otros factores. Por ejemplo, si estas requieren el uso de los mismo procesos cerebrales (cantar y pedalear a la vez puede resultar relativamente fácil ya que combinar diferentes procesos cognitivos, mientras que cantar y escuchar las noticias no). Por otro lado, también se ha demostrado que la experiencia es fundamental a la hora de gestionar múltiples labores ya que, tras mucha práctica, el cerebro entra en 'modo automático' (como cuando los cocineros con experiencia capaces de preparar diferentes platos a la vez en comparación con los recién iniciados que necesitan concentrarse en cada elemento de manera aislada). Vamos, nada que ver con el género.