China ha abierto la puerta a la modificación genética de embriones, tan inquietante para unos como prometedora para otros. He Jiangkui, un científico chino, sostiene que ha ayudado a que nacieran los primeros niños con el ADN alterado del mundo para evitar la infección del virus del sida. Se trata de una pareja de gemelas y, de acuerdo con He, supone un avance mayor al de la fecundación in vitro.

El descubrimiento aún no ha sido confirmado de forma independiente ni publicado en revistas del sector. El nacimiento de las gemelas, de confirmarse, supondrá un éxito refulgente para He y China, aunque no se salvará de la controversia. Algunos ven la modificación genética como una vía revolucionaria para corregir las enfermedades hereditarias mientras otros denuncian un mecanismo para lograr niños de diseño que linda con la eugenesia. La práctica se encuentra a medio camino entre el tratamiento médico y la mejora a la carta. La modificación de un embrión, además, podría ser heredada por futuras generaciones y afectar a toda la cadena genética.

El uso de embriones genéticamente alterados para embarazos está prohibido tanto en Europa como en Estados Unidos. También lo está en China por una directiva ministerial aprobada en 2003 y no está claro si He la desobedeció u obtuvo un permiso especial.

El biólogo chino ha aclarado que su objetivo no era curar o prevenir la enfermedad a los niños sino otorgarles el rasgo que un pequeño segmento de la población posee y que les hacen inmune al HIV, el virus del sida.

La edición del ADN es relativamente fácil en los últimos años gracias a la herramienta conocida como CRISPR, que permite la introducción de un gen necesario o la sustracción de otro problemático.

He experimentó con un grupo de parejas en las que un cónyuge había contraído el sida, aunque la enfermedad estaba ya muy controlada con los tratamientos tradicionales. El científico separó los espermatozoides del esperma, donde acecha el HIV, antes de fecundar un embrión. Cuando estos tenían entre tres y cinco días, extrajo unas cuantas células para ser editadas. Las parejas pudieron elegir si querían un embrión original o editado para el embarazo y 16 de las 22 eligieron la segunda opción. Once embriones fueron utilizados en seis intentos de fecundación antes de que nacieran las gemelas.

Los estudios revelados por He muestran que una de ellas tiene ambas copias del gen alterado mientras la otra solo tiene una y no hay evidencias de daños.

Siento una gran responsabilidad porque es no solo el primer caso sino que también será un ejemplo, ha señalado He a la agencia Associated Press.

Escepticismo científico

Los expertos consultados por la agencia han mostrado cierto escepticismo fundamentado en debates éticos y científicos. El doctor Kiran Musunuru, de la Universidad de Pensilvania, lo ha calificado de inadmisible y moralmente indefendible. Para el doctor Eric Topol, que lidera un instituto de investigación de California, es aún demasiado pronto para sacar conclusiones. Estamos hablando del manual de instrucciones del ser humano. Es un asunto serio, ha juzgado. La postura contraria ha sido defendida por George Church, respetado genetista de la Universidad de Harvard, quien ve justificable la modificación de embriones para luchar contra las amenazas a la salud pública.

El biólogo chino ya había ensayado las modificaciones genéticas con ratones, monos y embriones humanos en los últimos años y solicitado las patentes. Su currículo muestra que estudió en las universidades estadounidenses de Rice y Stanford. China lo atrajo años atrás con el plan que pretende repatriar al talento nacional formado en el extranjero para convertir al gigante asiático en una potencia científica. He dirige desde entonces su laboratorio en la Universidad de Ciencia y Tecnología China de Shenzhen.

Su hallazgo ha sido revelado en la víspera de la conferencia internacional de edición genética de Hong Kong y es previsible que en los próximos días se conozcan más detalles. En la web de su laboratorio defiende la manipulación genética como una vía para mejorar la vida humana en un ambiente cada vez más cambiante y hostil. Durante miles de millones de años, la vida ha progresado siguiendo las teorías evolutivas de Darwin, recuerda. Pero la industrialización ha modificado el ecosistema de forma radical y creado retos mayúsculos que el hombre puede mitigar con poderosas herramientas.

Por qué con el sida?

He y su equipo publicaron el pasado año un compromiso ético en el que vaticinaban que su invención superaría al de la fecundación in vitro, que mereció el Nobel en 2010. En su cuenta de Wechat, la plataforma social más célebre en China, ya parecía anticipar el debate ético que se avecinaba. Apoyo la edición genética para el tratamiento y prevención de enfermedades pero no para mejoras o incrementos de la inteligencia porque ello no beneficiaría a la sociedad, decía.

La elección del sida, ha relatado, descansa en el estigma que los infectados siguen padeciendo en China. La enfermedad causó una crisis de salud pública dos décadas atrás, cuando la extracción masiva de sangre a pobres campesinos de la provincia de Henan acabó en millones de contagios. El antiguo primer ministro chino, We Jiabao, abrazó a un enfermo años atrás para luchar contra el miedo imperante. Su situación ha mejorado en las últimas décadas pero persiste cierta discriminación laboral y social.