La autorización del Gobierno británico para que se puedan clonar células embrionarias humanas con fines terapéuticos fue recibida ayer como "una buena noticia" por el científico español Bernat Soria, que lucha desde hace años por disponer de un marco legal similar en España. Soria expresó su confianza en que el Gobierno incluya esa misma posibilidad en la ley que tiene previsto elaborar en la actual legislatura.

En términos similares se pronunció el doctor Alberto Romeu, presidente de la Federación de Asociaciones para el Estudio de la Reproducción Humana (FAERH), colectivo que agrupa a distintas sociedades científicas españolas. Romeu pidió al Gobierno la regulación de la clonación terapéutica. "Es un buen momento para reabrir el debate sobre este tipo de investigación", afirmó.

UN MARCO SIN DOGMAS Este experto en biotecnología y miembro de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida, órgano que asesora al Gobierno, considera que el Ejecutivo español debería "dar libertad a la ciencia". "Es cierto que se debe establecer un marco para la investigación científica --añadió Romeu--, pero ese marco tiene que ser amplio y atender a la realidad social. No puede quedar anquilosado en un determinado dogma, ni ser definido por la Conferencia Episcopal".

El presidente del Comité Nacional Asesor de Etica en Investigación y Tecnología, César Nombela, afirmó, en cambio, que la norma británica plantea "problemas científicos y éticos". Nombela calificó de "prematuro" el texto legal británico, ya que, dijo, "no se sabe si las células madre de origen embrionario tienen algún potencial terapéutico".

Bernat Soria se mostró partidario de que la futura ley española sea "correcta" y "muy respetuosa con todas las sensibilidades", de forma que, dijo, permita investigar, "definiendo los procedimientos autorizados, maximizando los posibles beneficios y reduciendo los riesgos".

Soria, que dirige el Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández, de Elche (Alicante), aseguró que su punto de vista "es compartido por un 95% de los investigadores españoles". Este científico es partidario de que la futura ley española sea similar a la de Gran Bretaña. "La norma británica exige un procedimiento lento y tedioso que asegura que las investigaciones sólo las asumirán grupos sólidos", dijo.

En opinión de este científico, los juristas españoles están divididos a la hora de interpretar qué se trata de abordar exactamente, y a qué se refiere la reciente reformar legislativa abordada por el Gobierno. Esa distinta forma de entender un mismo concepto, añadió Soria, afecta incluso a la utilización de la idea de "estructuras biológicas de embriones", que manejan los científicos.