Ancianos encerrados, maniatados y alimentados con sondas gástricas mientras sus supuestos cuidadores se iban apropiando de todo su patrimonio. Así era la «casa de los horrores» que la Guardia Civil ha desmantelado en Cádiz, logrando detener a seis personas por un presunto delito de estafa y blanqueo de 1,8 millones de euros a varios ancianos extranjeros a los que decían atender. La investigación trata de esclarecer ahora la muerte de cinco mayores que fallecieron de forma súbita una vez que los detenidos, con una pareja germano-cubana al frente, se hicieron con todo su dinero.

El caso se inició a raíz de una alerta de la Interpol procedente de Alemania. Una ciudadana germana residente en las Islas Canarias les alertó sobre la situación de riesgo de María, una conocida suya de 101 años de edad que, animada por una pareja de cuidadores de una residencia de Tenerife había abandonado el archipiélago en dirección a Cádiz, pero de la que ni ella ni su familia tenían noticias hacía semanas. La anciana fue localizada en una residencia de mayores en Chiclana de la Frontera, pero las alertas saltaron entre los agentes.

La investigación de la Guardia Civil ha desvelado además la muerte de otras cuatro personas que también habían sido cuidadas por esta pareja y que, al igual que María, fallecieron de forma sorpresiva después de haber transmitido todo su patrimonio a sus cuidadores.