El crimen que ha acabado con la vida de Alejandro (13 años) y Marina (8 años) a manos de su padre el pasado martes en la localidad madrileña de Getafe ha vuelto a poner el foco social en la necesidad de crear una norma que proteja a los menores de todas las formas de violencia. La Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR) y la oenegé Save The Children han pedido la tramitación urgente de una ley integral contra la violencia a la infancia.

El caso de Getafe ha incrementado el número de menores muertos por causas violentas hasta siete en lo que llevamos de año, según los datos recopilados por Save The Children. Las asociaciones y entidades recuerdan que la violencia machista está presente en casi la mitad de los casos de maltrato físico a menores en España. El grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Madrid investiga aún qué llevó a José Alberto Gálvez, de 46 años, a acabar con la vida de sus hijos, incendiar su casa con los críos encerrados dentro y suicidarse después colocándose en las vías por donde circula el tren de Cercanías que une las localidades madrileñas de Getafe y Pinto.

El 112 recibió el martes un aviso a las 20.15 horas del incendio de la vivienda, situada en la plaza de Benjamín Palencia de Getafe, y sobre las 20.20 horas, otra alerta por el arrollamiento del padre de las víctimas.

Cuando los bomberos llegaron al domicilio, alertados por un vecino, intentaron echar abajo la puerta. Justo en ese momento llegó la madre y fue ella la que abrió la puerta. El fuego, que no afectó a otras dependencias, fue rápidamente sofocado, pero los dos críos fueron encontrados ya sin vida.

NO SE PUDO HACER NADA / Los sanitarios del Summa solo pudieron confirmar su fallecimiento, que provocó a la madre una fuerte crisis de ansiedad por la que tuvo que ser trasladada a dependencias municipales para ser atendida. Según los resultados de la autopsia, José Alberto Gálvez acabó con la vida de Alejandro, que padecía parálisis cerebral, y Marina de forma previa a que las llamas quemaran la habitación de la pareja. Ambos murieron, por tanto, antes de inhalar el humo provocado por el incendio.

Los agentes de Policía encontraron a los niños, juntos y sin señales de violencia, sobre la cama matrimonial. Los agentes investigan si el hombre ahogó a sus hijos en la bañera de la casa. Las pruebas practicadas hasta ahora no han podido determinarlo, pero durante la inspección ocular los policías advirtieron que estaba llena.

Tras matar a sus hijos, el padre cerró con llave la casa y se dirigió a la estación de Getafe Industrial, a casi dos kilómetros del domicilio familiar. Llevaba con él su documentación y una nota de suicidio, en la que anotó los motivos por los que había asesinado a los niños e indicó: «No quiero que sufran».

SEPARACIÓN DESMENTIDA / Vecinos y amigos del matrimonio aseguran que Raquel, la madre, que trabaja como profesora de francés en un colegio concertado de Getafe y en la Escuela de Idiomas, «había decidido separarse», pero la mujer lo desmiente. En su declaración a la Policía, afirmó que ella y su marido no estaban en proceso de separación y que el hombre no tenía motivos aparentes para matar a sus hijos.

Varios allegados de la pareja coinciden en que «los problemas que tuviera el matrimonio no son suficientes para explicar lo que ha hecho» porque el hombre «estaba completamente volcado con los niños». «Hace diez años que dejó su vida a un lado para dedicarse exclusivamente al cuidado de sus hijos, sobre todo del mayor, por sus necesidades especiales. Todo su tiempo era para ellos y para hacer deporte», añaden. Tanto desde la Policía Nacional como desde el Ayuntamiento de Getafe destacan que no existían denuncias previas por malos tratos y que el hombre no tenía antecedentes penales. Tampoco había requerimientos policiales por parte de la Policía Local de haber tenido que intervenir en el domicilio de esta familia.

Más de mil vecinos se congregaron ayer en la plaza del Ayuntamiento de Getafe para mostrar su apoyo a la familia. La alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, pidió «prudencia» y «paciencia para dejar trabajar a la policía» y calificó a la madre de los menores fallecidos, Raquel, como «madre coraje». La mujer es muy conocida en la localidad porque ha ocupado varios puestos en asociaciones que trabajan por los derechos de niños con discapacidad, como Dedines y Alma, esta última cofundada por ella. La alcaldesa expresó su convicción de que «la localidad se volcará con Raquel para devolverle todo lo que ha hecho para hacer de Getafe una ciudad mejor en defensa de los niños con pluridiscapacidad».