Pequeño viaje con Susqueda como destino final

Marc H. L. y Paula M. P., de Arenys de Munt y Cabrils, y de 23 y 21 años, respectivamente, iniciaron en agosto pasado un pequeño viaje. Se iban unos días de vacaciones. Además del pantano en el que fueron encontrados, tenían intención de visitar Tamariu, en Palafrugell, así como el Montseny. Desaparecieron después de dirigirse a la zona del pantano de Susqueda para practicar con el kayak que llevaban. Circulaban en un Opel Zafira. Fueron vistos por última vez en un restaurante, a 10 kilómetros del pantano. Todo apunta a que el 24 de agosto, día en que desaparecieron, fueron asesinados. Los cuerpos, que habían sido arrojados al agua lastrados con piedras, fueron encontrados un mes después.

Muertos por arma de fuego, sin que se sepa cuál

Se desconoce con qué arma se acabó con la vida de Marc y Paula, aunque sí se sabe que murieron por disparos. El detenido y presunto asesino es aficionado a la caza y la pesca, que solía practicar en la zona en la que tuvieron lugar los hechos. Este no es un detalle menor. Los investigadores concluyeron que el responsable de las dos muertes tenía que conocer la zona al dedillo. Ayer se supo que Jordi Magentí tenía antecedentes, que había pasado 12 años, de una condena de 15, en la cárcel por matar a su primera esposa. La asesinó con una escopeta para la que tenía un permiso como cazador. La esperó en un coche y le pegó cuatro tiros, el último de ellos cuando la víctima ya estaba en el suelo. Murió camino del hospital.

La hipótesis de un móvil vinculado con la marihuana

Aún no se ha determinado el móvil que se encuentra detrás del presunto asesinato de la joven pareja por parte de Jordi Magenti. Del momento del asesinato existe un presunto testigo, un vecino de la zona que aseguró haber escuchado disparos y gritos en el entorno de una cantera cercana a la presa. Todavía no se conoce en qué grado, pero lo sucedido puede tener relación con plantaciones ilegales de marihuana. De hecho, el hijo de Jordi Magentí ha sido detenido por tráfico de drogas. Ya le habían encontrado una plantación ilegal con anterioridad. Una de las hipótesis es que las víctimas se toparan con otra de esas plantaciones y descubrieran con las manos en la masa a Magentí, que decidiera silenciarlos para evitar a la policía.

11 kilómetros entre el coche y los cuerpos

Magenti reúne las características que los investigadores manejaban: conoce perfectamente la zona, algo que quedó claro a la vista de los emplazamientos que eligió para intentar eliminar pruebas. Del punto en el que presuntamente hundió el coche de la pareja hasta la zona en la que se encontraron los cuerpos hay 11 kilómetros de distancia y los investigadores descartan que los cadáveres fueran desplazados desde un punto a otro. Hay tres hipótesis posibles: o bien Magentí se desplazó a hundir el coche y regresó a pie hasta donde aparcara el suyo, o bien se fue con el kayak, encontrado en un tercer emplazamiento, o bien contó con la ayuda de un cómplice que le fue a buscar en otro coche después de que él hundiera el de los jóvenes.

Disparos a quemarropa y un tiro en la frente

La versión del testigo que escuchó disparos y gritos de desesperación concuerda con la posibilidad de que el asesino se topara por sorpresa con la pareja. De entrada, siempre según esta hipótesis, Magentí actuó en solitario y disparó varios tiros a quemarropa que acabaron con la vida de Marc H. L. Paula M. P. recibió un tiro en la frente, prácticamente una ejecución. El testigo afirmó que había escuchado los tiros y los gritos cerca de una cantera, que se encuentra relativamente próxima a la zona en la que se acabaron encontrando los cadáveres de los dos jóvenes. También supuestamente, Magentí se hizo con los teléfonos móviles de los dos jóvenes asesinados, que nunca fueron encontrados.