La Comisión Ballenera Internacional (CBI) rechazó ayer, por 29 votos contra 24, la reanudación de la caza comercial de las ballenas, prohibida después de una moratoria establecida internacionalmente en el año 1986. La decisión, que debía ser avalada por al menos tres cuartas partes de los votantes, fue tomada por la CBI en su reunión anual, celebrada en Sorrento, Nápoles.

Los ecologistas del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Greenpeace recibieron el resultado con alivio, ya que Japón --que considera la matanza de cetáceos como una "noble tradición" y su carne, como una exquisitez-- había convencido a seis nuevos países de la CBI para que votasen a favor de la reapertura de la moratoria. "Algunos países en vías de desarrollo votan a favor de la caza de ballenas", explicó John Frizell, de Greenpeace, organización que acusa a Japón de "comprar" los votos. Antes del voto final, la CBI había rechazado una propuesta realizada por Japón para introducir el voto secreto.

La reunión se prolongará hasta el jueves. En su agenda está prevista la creación de áreas protegidas en el sur del Atlántico y del Pacífico, además de mecanismos de protección y control de los cetáceos.