EL SUPREMO ha ratificado la condena para una mujer residente en Barcelona que cobró durante 20 años la pensión de su suegra, fallecida. La acusada deberá indemnizar a la Seguridad Social con 81.903 euros. Entre 1998 y el 2000, la procesada aportó "certificaciones de fe de vida" en las que constaba "bajo juramento" que su suegra vivía.