La Audiencia provincial de Málaga ha condenado a 17 años y medio de cárcel a Antonio F.A, de 23 años, por el asesinato con alevosía del hijo de su pareja, de apenas tres años, al que dejó que se ahogara en una balsa en la sierra y dificultó su localización dando hasta tres versiones distintas de cómo lo había perdido. El fallo considera probado que, para el acusado, el menor era un «estorbo en su relación de pareja», y de hecho el tribunal popular que lo declaró culpable entendió que se trató de una muerte «deliberada y por venganza hacia la madre».

La sentencia señala que Antonio, que padece una leve deficiencia mental, planeó de forma deliberada la muerte del niño «eligiendo la forma, modo y lugar adecuados, así como ideando un plan para eludir la responsabilidad que de sus actos pudiera derivarse». Primero contactó con el padre biológico del niño, a quien explicó que los cuidados de la madre no eran los más adecuados e incluso ofreciéndose a ser testigo en una hipotética causa judicial.

Al no surtir efecto, el 9 de febrero de 2015, tras una leve discusión con la madre del niño, fue a recoger al pequeño Alejandro al colegio, como hacía en otras ocasiones, y lo llevó a un paraje en la sierra que rodea Málaga para acceder a una balsa de riego, donde lo arrojó, dejando que se ahogara. El acusado aseguró que se había perdido el niño.