La Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a 17 años de prisión por un delito de asesinato al acusado de matar a su mujer y esconder su cadáver en un doble tabique que había construido previamente para ello en una alquería de su propiedad situada en Tarragona.

El magistrado presidente de la sección segunda de la Audiencia de Castellón ha confirmado así la condena del jurado popular que, tras la deliberación posterior a la celebración del juicio, acordó el pasado día 23 considerar al procesado culpable de matar a su mujer.

La sentencia impone al condenado también la prohibición de aproximarse a los hermanos de la fallecida durante 10 años, que se computarán tras cumplir la pena de prisión.

Del mismo modo fija indemnizaciones de entre 26.000 euros y 61.000 a los familiares y al pago de las costas procesales.

El magistrado considera que tras la celebración del juicio ha quedado probado que el acusado, vecino de Vinaròs, estaba casado con la víctima y mantenía oculta una relación extramatrimonial con otra mujer.

A principios de 2011, el acusado se "planteó" la idea de acabar con la vida de su esposa para poder vivir con la otra mujer.

Así, preguntó a unos hombres de nacionalidad rumana si conocían a alguien que "pudiera hacer un trabajo sucio", y les concretó que consistía en matar a una mujer.

Sin embargo, viendo que no le dieron una solución decidió matarla él mismo.

Así, trazó un "plan" y, con la finalidad de ocultar el cadáver, construyó un tabique en una de las habitaciones de una alquería que tenía en una localidad de la provincia de Tarragona para poder dejar "emparedado" el cuerpo.

El día 15 de septiembre de 2011, el procesado se citó con su esposa sobre las 20.00 horas en un almacén propiedad del matrimonio, en Vinaròs.

Ya en su interior, éste, "de forma repentina e inesperada", le "rodeó violentamente el cuello con un cable o cuerda de unos 5 milímetros apretando con intensidad y durante el tiempo necesario hasta conseguir la muerte de su mujer por estrangulamiento".

El acusado introdujo el cuerpo en un arcón, lo cargó en el maletero de su coche y lo transportó a la alquería en la provincia de Tarragona.

Posteriormente lo introdujo en el hueco de la doble pared, y lo tapó terminando el tabique.

Rápidamente regresó a Vinaròs para que su ausencia no levantara sospecha, y "continuando con su plan", avisó a las hermanas de la víctima de que ésta no había vuelto a casa y fue a interponer la correspondiente denuncia de desaparición.

Una vez detenido, el acusado "se derrumbó manifestando su deseo de declarar, contando entonces cómo había dado muerte a su esposa, explicando cómo y dónde estaba escondido el cuerpo", para lo que dibujó un croquis, "facilitando ello en buena medida pronto el hallazgo del cadáver".