Para muchos padres, Myles Bradbury era el hombre providencial, el médico en el que confiar, y en algunos casos, los más desesperados, su última esperanza. Joven, accesible, muy profesional, el oncólogo y especialista en enfermedades de la sangre atendía en el servicio de pediatría del hospital Addenbrooke de Cambridge a niños y adolescentes aquejados de leucemia y otras dolencias graves. "Los padres le consideraban un semidiós", recuerda una persona que conoce ahora lo que escondía aquella figura intachable. La detención de Bradbury hace exactamente un año, como sospechoso de haber abusado de pacientes infantiles, causó sorpresa y una gran conmoción. Durante los interrogatorios el médico reconoció haber cometido un total de 25 delitos sexuales, incluidas agresiones, tocamientos y voyeurismo con 18 de los niños enfermos a su cargo. El médico utilizaba una cámara camuflada en un bolígrafo para grabar desnudas a sus víctimas. A algunos de los menores los manoseó y les incitó a tener relaciones sexuales, mientras los padres, ignorantes de lo que ocurría, se hallaban al otro lado de la cortina. En el archivo fotográfico que guardaba en las dependencias del hospital, fueron halladas 16.000 imágenes indecentes de menores. Bradbury cometió los abusos entre el 2009 y el pasado año. Su detención sin embargo podía haberse realizado antes. El nombre del pediatra figuraba en una lista de compradores que en el 2005 habían adquirido una película con imágenes pornográficas de menores, realizada en Canadá. Esta información obraba en poder de los agentes británicos. Pero durante 16 meses, el Child Exploitation and Online Protection Centre no tomó ninguna iniciativa, hasta noviembre del año pasado. Fue la denuncia de una abuela, sorprendida cuando su nieto le comentó cómo el médico le había hecho desnudarse y había estado tocando sus órganos sexuales, la que dio la voz de alarma. Nadie, ni la esposa de Bradbury, embarazada en el momento de la detención y hoy separada de él, sospechó que el médico de 41 años pudiera ser un pederasta.
