En el 2016 se dictaron en España 80.831 sentencias condenatorias contra conductores por infringir el Código Penal en materia de seguridad vial, de las que el 62,5% (exactamente, 50.552) correspondieron al delito de conducción bajo los efectos del alcohol o de las drogas y el 31,7% (25.652) se produjeron por manejar un vehículo sin poseer el permiso de conducir por no haberlo tenido nunca, haber perdido todos los puntos o por decisión judicial. El fiscal de sala coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, y el fiscal adscrito a esa sala, Mario Sanz, ofrecieron estos datos ayer en una rueda de prensa en Madrid, en la que dieron a conocer las principales cifras del 2016 sobre las consecuencias penales que tiene incumplir las normas de tráfico.

Vargas señaló que el año pasado hubo 80.831 sentencias condenatorias a conductores por delitos relacionados con la seguridad vial, esto es, el 2,9% menos respecto a las 83.283 del 2015. Destacó que una buena parte de las condenas se debieron al hecho de conducir superando los límites permitidos de alcohol o bajo los efectos de las drogas, exactamente 50.552, el 3,8% menos que durante el 2015.

En segundo lugar se situaron las sentencias condenatorias por no tener en vigor el carnet de conducir (25.652, una cifra muy similar a la del año anterior). Las condenas a los conductores supusieron el 32% de las dictadas por los tribunales españoles por toda clase de delitos y el ámbito de las diligencias urgentes o juicios rápidos es donde se presentaron el año pasado la mayoría de las acusaciones (63.844 de un total de 79.463).

Vargas también advirtió de que el número de jóvenes de entre 15 y 24 años fallecidos creció un 16%, hasta alcanzar la cifra de 198, lo que, subrayó, revela la necesidad de impulsar la educación vial en los colegios y su coordinación con las autoescuelas.

Asimismo, el fiscal llamó la atención sobre la protección de los ciclistas.