Ocho ingenieros responsables del depósito de aguas de Melilla, que se fracturó el 17 de noviembre de 1997 y provocó una trágica riada, fueron condenados ayer a una pena de 11 meses de prisión y 14 años de inhabilitación para cada uno. La rotura del depósito, con 25 millones de litros de agua en su interior, ocasionó la muerte de 11 personas y afectó además a 53 viviendas, 170 establecimientos y 326 vehículos.

Los ingenieros --siete españoles y un noruego-- fueron condenados por 11 delitos de homicidio por imprudencia grave, uno de aborto causado por imprudencia, 28 delitos de lesiones también por imprudencia grave y 13 delitos de daños por imprudencia. La defensa, la acusación particular y el ministerio fiscal acordaron la sentencia durante la vista oral celebrada ayer en el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla.

Las partes alcanzaron un acuerdo después de que los ingenieros (dos de la empresa FCC, adjudicataria de la obra, otros dos de la Confederación Hidrográfica del Sur, que firmó el proyecto, y los cuatro restantes de Forvap de Almería, subcontrata que diseñó los paneles que reventaron) aceptaran ser condenados a 11 meses de prisión y 14 años de inhabilitación, y el fiscal y la acusación particular renunciaran a pedir 3 años de cárcel y cinco de inhabilitación.

600 AFECTADOS Asimismo, el fiscal y la acusación pedían 11 millones de euros (1.830 millones de pesetas) de indemnización para los perjudicados, pero finalmente las indemnizaciones, que corresponden a unos 600 perjudicados, las asumirán las aseguradoras Le Mans, Royal Sunalliance y Plus Ultra.