Un vecino de Lérida, Francisco P.Q., de 43 años, estuvo ayer a punto de sembrar la tragedia en la ciudad, cuando arremetió con su coche, a toda velocidad, contra cuatro porteros de la discoteca Pachá, que unos minutos antes le habían negado la entrada al local. Los guardias de seguridad salvaron la vida por centímetros. El agresor, que dio positivo en el control de alcoholemia practicado después por la Policía Local, embistió contra la puerta metálica del establecimiento y se quedó a escasamente medio metro del vestíbulo, donde se hallaban varios clientes.

"Suerte que la puerta está dividida por una columna de hierro, de unos 20 centímetros de anchura, que fue la que impidió que ese hombre se metiera, coche incluido, hasta dentro de la pista de baile", explicó ayer una de las cuatro víctimas, que no quiso revelar su identidad por miedo a represalias. El portero, que lleva 12 años en la profesión, aseguró que el individuo "podía haber provocado un auténtico desastre, porque había mucha gente entrando y saliendo del local", agregó.

Fueron los mismos guardias de seguridad quienes lograron reducir al agresor, "que intentaba dar marcha atrás, no sabemos si para huir o para volver a arremeter contra nosotros", indicó el portero. Finalmente, el único que resultó lesionado fue el agresor, que tuvo que ser atendido por una herida con sangre en la cabeza. El individuo tiene diversos antecedentes policiales.