El Congreso tumbó ayer la enmienda a la totalidad que el PP presentó al proyecto de ley destinado a regular la eutanasia. El objetivo de los conservadores era demostrar su oposición a uno de los temas bandera del Gobierno de Pedro Sánchez y Podemos, pero su texto alternativo no recibió el apoyo de ningún grupo.

Es más, el resto de partidos cargaron contra los populares, no tanto porque se opongan a la eutanasia sino por las formas elegidas: a través de una enmienda que «plagia» la ley de cuidados paliativos de la Comunidad de Madrid, presentada por el PSOE, pese a que el Congreso está a punto de alumbrar su propia ley de muerte digna.

«No han presentado un texto alternativo, esto es una burda copia de leyes que ya existen (...), es una tomadura de pelo», reprochó al PP el peneuvista Joseba Agirretxea, mientras que otros portavoces recordaron que no es lo mismo la extensión de los cuidados paliativos que la eutanasia o suicidio asistido.

La diputada popular encargada de defender la iniciativa, Pilar Cortés, reconoció que su enmienda «emana» de leyes autonómicas, pero defendió su oportunidad con el argumento de que los «textos legislativos no tiene propiedad intelectual» y la ponencia de la ley de muerte digna aún no ha acabado sus trabajos. Además, enojó al resto de partidos al oponerse a la eutanasia con un argumento reduccionista de que a «alguien que no quiere vivir» el Estado no puede contestarle: «Perfecto, entonces te vamos a matar». En su opinión, la respuesta de las instituciones tiene que estar destinada a «aliviar su dolor psíquico y físico».

El PNV le respondió que las leyes «no se hacen para matar a nadie», mientras que el PSOE recordó que las encuestas indican que los españoles apoyan la eutanasia, pero el PP «siempre llega tarde a la conquista de derechos».

La regulación de la eutanasia continúa ahora su tramitación, porque la decisión de Pablo Casado de marcar perfil propio con un texto alternativo permitió que la norma saliera del bucle en el que se quedan ancladas otras leyes: la eterna ampliación del plazo de enmiendas. Eso no significa que su aprobación vaya a ser rápida, pese a que solo el PP y algunas organizaciones médicas se oponen.

La ley de muerte digna fue admitida a trámite en marzo del 2017 y aún no hay un texto definitivo porque se han requerido decenas de reuniones para que los partidos alumbren un informe. Si bien, Cs, el partido impulsor, calcula que será aprobada en la Cámara baja antes de que acabe el año.

Esta norma está dirigida a pacientes en su etapa final de la vida, a los que se facilitará una «sedación paliativa» que puede acelerar el final si es preciso aliviar su sufrimiento, mientras que la eutanasia podrá solicitarla cualquier enfermo con un sufrimiento «insoportable», pero que no haya llegado necesariamente a una etapa terminal.