La incorporación de los padres al trabajo tras las correspondientes bajas por maternidad y paternidad, supone la decisión de con quién dejar a los hijos pequeños. En esos momentos, la guardería es una de las principales opciones.

La preocupación por el bienestar del niño mientras los padres trabajan supone tomar una serie de decisiones respecto a cómo conciliar la vida familiar y laboral para que afecte lo menos posible al desarrollo de los pequeños. Para ello, existen una serie de pautas para facilitar a los pequeños y a sus padres en el proceso de adaptación:

Entrar en clase con ellos

Entrar con los pequeños en clase es uno de los pasos a seguir por los padres. De esta manera, los padres compartirán el espacio del aula junto a sus bebes y poco a poco el niño se irá sintiendo más cómodo y seguro en ese entorno.

AUMENTAR EL RATO

Otro de los pasos a seguir para que el bebé se vaya habituando será ir cada día más rato. Es decir, es recomendable que el número de minutos del bebé en la guardería vaya aumentando a medida que van pasando los días hasta completar el horario acordado por la guardería y los padres.

De esta forma, el pequeño irá cogiendo ritmo y se irá habituando a sus compañeros y cuidadores al mismo tiempo que sus padres comienzan a reincorporarse al mundo laboral.

ENTABLAR RELACIÓN CON LA EDUCADORA

Por otro lado, hablar con la educadora y entablar confianza con ella hará que nuestro bebé se sienta más seguro y tranquilo. Es decir, que el pequeño observe que su padres conversan con la encargada de cuidarle provocará que este se sienta protegido.

Además, entablar confianza con la cuidadora ayudará a los padres a conocer la evolución y adaptación de su hijo en la guardería.

PASAR TIEMPO CON ELLOS FUERA

Por su parte, compartir y pasar el tiempo con el bebé a su salida de la guardería será beneficioso para él en su proceso de adaptación, ya que esos momentos se vivirán con mayor intensidad y alegría.