La saturación provocada por el impacto del coronavirus en los servicios médicos en EEUU ha provocado la paralización casi absoluta de las pruebas de cáncer en el país. La situación afecta no solo a la falta de atención constante que necesitan los pacientes, sino al desarrollo de nuevos casos que en otro momento podrían haber sido identificados. Mamografías, colonoscopias y otros procedimientos rutinarios antes de la pandemia han caído a plomo en el país y solo se puede acceder a servicios de emergencia. En el resto de casos, los hospitales ha pedido paciencia a los afectados.

Menos visitas a consulta

El mejor ejemplo de este descenso tiene que ver con los controles preventivos, que han descendido un 86% interanual, según un informe de la compañía de registros médicos Epic recogido por 'The Philadelphia Enquirer'. En la mayoría de estos casos, un retraso de un mes no reviste especial importancia, pero en caso de que se mantuviera esta tendencia, "hay casos de cáncer que permanecerán demasiado tiempo sin diagnosticar, lo que podría desembocar en un tumor a medio plazo", según advierte el estudio. Según otro informe, este de la escuela médica de Harvard, las visitas a consulta han descendido un 60% entre mediados de marzo y mediados de abril.

La ralentización no afecta solo a Estados Unidos. "A escala global estamos percibiendo que se están aplazando estas pruebas", declaró el doctor Austin Chiang, empleado en un hospital de Philadelphia.

Esta crisis no solo afecta a los servicios profesionales sino al rendimiento económico de los centros de atención, según el profesor de Política Social de Harvard, Michael Chernew. Las consultas más afectadas podrían desaparecer, lamenta. "Un retraso de un mes o dos no es un problema médico. La preocupación reside en que si estos servicios se atoran, la gente podría acabar diciendo '¿Sabes qué? Paso'", ha lamentado.