Brasil ha quedado a las puertas de las 300 muertes por COVID-19. Los 299 casos letales y casi ocho mil contagios comprobados, así como las funestas predicciones de lo que comenzaría a suceder en pocas semanas, han llevado al ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, a pedirle a la población que no salga de sus casas sin mascarilla. Pero no es tan sencillo cubrirse las bocas, entre otras cosas porque el producto, especialmente el de uso quirúrgico, escasea o se compra a precios exorbitantes. Mandetta se convenció de que ese resguardo, reclamado por la OMS, es indispensable y no solo para los médicos. Por lo tanto, el ministerio publicó una suerte de manual de confección casera con "tela gruesa de doble cara". De acuerdo con las autoridades, se trata de una "barrera tan buena" como los barbijos profesionales y, además, han remarcado, puede ser lavado por el propio usuario con jabón o lejía, "dejándolo en remojo durante unos 20 minutos". Mandetta le pidió además a los brasileños que no presten a nadie sus mascarillas. "El uso es individual", subrayó.

El fastidio de Bolsonaro

Jair Bolsonaro está molesto con el protagonismo de Mandetta y dijo en público que "carece de humildad" y "quiere hacer su voluntad ". Por eso le pidió "escuchar más al presidente". El capitán retirado se opone a las medidas de aislamiento social que llevan adelante los gobernadores y que cuentan con el respaldo implícito del ministro de Salud. "No hago comentarios sobre lo que dice el presidente. Los que tienen un mandato hablan y los que no, como yo, trabajan", respondió a las palabras de Bolsonaro.

Brasil ha comprado 500.000 unidades de pruebas rápidas a China y se han ordenado otros 4.5 millones de unidades a la misma compañía, Wondfo. El destacado sanitarista Gonzalo Vecina Neto, considera indispensable la realización de esos exámenes y extenderlos a la mayor parte posible de un población de 210 millones de habitantes. Pero a su criterio, la sociedad necesita también un líder "con la cabeza en su lugar" y es lo que está faltando frente a las amenazas de la pandemia. Para Vecina Neto, el ministro Mandetta se encuentra en "una posición espinosa, porque su jefe no le cree". Bolsonaro, lamentó, "no cree en la ciencia. Si no cree en la ciencia, cree en la brujería. No hay manera".

Ola de rechazos

El capitán retirado lamentó este jueves no tener el suficiente apoyo para ordenar una reapertura de la actividad comercial en el país. "Estoy esperando que la gente lo pida". El tema de la cuarentena ha enfrentado al presidente con los gobernadores de los principales estados, entre ellos Sao Paulo y Río de Janeiro, parte del Congreso, los intelectuales, científicos, sanitaristas y medios de prensa. Hasta el vicepresidente Hamilton Mourão se ha puesto del lado de los defensores del aislamiento. El ex general dijo que Brasil aún se encuentra en una fase "previa al pico" de contagios y defendió las restricciones. La reanudación de las actividades económicas debe ser "lenta, gradual y segura".

El influyente diario paulista 'Folha' volvió a lanzar duras críticas contra Bolsonaro en su último editorial: "se necesita un estadista como el ex primer ministro Winston Churchill, quien, hablando con los británicos durante la Segunda Guerra Mundial, dijo que solo tenía que ofrecer sangre, trabajo duro, sudor y lágrimas, y llevó a su país a una victoria poco probable". Brasil, se lamentó, no tiene nada "remotamente similar" en momentos tan delicados.