Minutos de silencio, decenas de declaraciones políticas y miles de mensajes en las redes sociales con testimonios de mujeres con miedo a correr, a entrar solas en su portal y en definitiva en contra de los feminicidios y de los partidos como Vox. que ponen en tela de juicio que exista la violencia machista, ponen de manifiesto que el asesinato de Laura Luelmo va camino de convertirse en un desgraciado revulsivo ciudadano a favor de la igualdad, frente a los negacionistas y en resumen, en contra del terrorismo machista, similar al fenómeno social que trajo consigo la sentencia de La manada. Su muerte será además, previsiblemente, incluida en las estadísticas de violencia machista, según ha podido saber este diario, pese a que su presunto asesino no ha sido su pareja.

Y es que Laura Luelmo es el paradigma de una mujer joven, que se traslada con ilusión para poder trabajar y que practicando un deporte tan común como correr encuentra la muerte en plena de luz del día. «Es terrible», resumía Altamira Gonzalo, de la red de juristas Themis. «Estamos desoladas y frustradas», añadía Yolanda Besteiro, de la Federación Mujeres Progresistas, poniendo voz a un sentimiento que recorrió a la sociedad desde que se intuyó que Laura había sido asesinada, entre otros posibles motivos, por el mero hecho de ser mujer.

LAS LEYES

A primera hora del día de ayer, Pedro Sánchez mostró su «firme compromiso» contra la violencia machista y se comprometió a «seguir luchando contra ella con leyes que amparen a las mujeres por encima de todo», mientras que la vicepresidenta, Carmen Calvo, denunció que las mujeres tengan que pagar «precios crueles» por su libertad, justo en un momento en que se «banaliza» la violencia machista, en referencia a los postulados de Vox en contra de la ley integral contra esta lacra. Ante ello, mostró su disposición a reformar los delitos sexuales en el Código Penal, teniendo en cuenta el informe de la comisión general de codificación, que será estudiado el próximo viernes por el Consejo de Ministros y que propone un tipo único de agresión y la desaparición del delito menor referido a los abusos. Asimismo, la también ministra de Igualdad se comprometió a que el consentimiento de las mujeres sea el eje que marque la reforma penal.

La delegación del Gobierno contra la violencia machista, por su parte, ha enviado una circular a las unidades de coordinación para recabar datos de asesinatos y homicidios similares al de Laura, en el que el agresor presuntamente no es su pareja o expareja. El Pacto de Estado contra esta lacra mandata al Ejecutivo a que las estadísticas recojan todos los feminicidios e Igualdad pretende cumplir con el compromiso.