Unos 200.000 marroquís que residen en España y tienen carnet de conducir expedido en su país empezaron a canjearlo ayer por uno español pese a las protestas de asociaciones de conductores, de víctimas de accidentes de tráfico y de autoescuelas. Diferentes organismos exigen que se haga a través de un examen o cursillo previo y no directamente.

Las asociaciones consultadas opinan que el canje directo añade un riesgo a la seguridad de las carreteras. Según el presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), José Miguel Báez, "los mínimos exigidos" en los terceros países para la obtención de los carnets "no tienen nada que ver con los europeos".