Los consejos de la Conferencia Episcopal Española sobre la familia provocaron ayer una avalancha de críticas y pusieron de acuerdo a partidos políticos y asociaciones que no acostumbran a compartir el mismo punto de vista. El texto, hecho público el lunes por Juan Antonio Martínez, secretario general del episcopado y Juan Antonio Reig, presidente de la subcomisión episcopal para la familia y la vida, recomienda a jueces y abogados que opten entre negarse a tramitar divorcios y "cooperar con el mal". También culpa a la revolución sexual de la crisis de la familia tradicional y de la violencia doméstica.

Incluso el Gobierno central, a través del ministro Eduardo Zaplana, discrepó de la opinión de los obispos, aunque dejó claro que respeta "muchísimo" su criterio.

La Asociación Profesional de la Magistratura (APM), mayoritaria y conservadora, respondió a los obispos que los jueces están para aplicar las leyes, como la del divorcio, "aunque vayan contra su conciencia". El portavoz de la APM, José Manuel Suárez, llegó a recordar que Jesucristo recomendó "dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".

Desde la Fundación Triángulo para la Igualdad de Gays y Lesbianas se interpretó el consejo a jueces y abogados como una inducción al delito. Por ello, Miguel Angel Sánchez, presidente de la asociación, declaró que el fiscal general del Estado "debería abrir una investigación".

"DE ESPALDAS A LA REALIDAD" La afirmación de que los malos tratos, los abusos sexuales y los niños sin hogar son consecuencia de la revolución sexual también levantó ampollas. Montserrat Comas, vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y presidenta del Observatorio de Violencia Doméstica, acusó a la jerarquía católica de "vivir de espaldas a la realidad", y señaló que tras la violencia machista está la desigualdad entre hombres y mujeres.

"La doctrina de la Iglesia es uno de los pilares de esta violencia porque obliga a la mujer a obedecer al marido", declaró la presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana María Pérez del Campo. En el mismo sentido se pronunció Micaela Navarro, secretaria de igualdad del PSOE, quien además se mostró preocupada por el hecho de que las ideas de los obispos "formen parte de la obligatoria asignatura de Religión".

Achacar las culpas a la revolución sexual es "un disparate cruel" para el socialista Diego López Garrido. "En el fondo, exculpan al que maltrata", dijo. Merc¨ Pigem, portavoz de CiU en la comisión de Derechos de la Mujer, pidió que las instituciones lancen mensajes que apoyen a las víctimas, y no a los agresores.