Un equipo internacional encabezado por Jef Boeke, profesor de la Universidad de Nueva York, ha fabricado sintéticamente a partir de cero el primer cromosoma de un organismo eucariota, los seres con células que tienen núcleo. Se trata concretamente de un cromosoma de la levadura Saccharomyces cerevesiae, el hongo unicelular que se emplea para fabricar cerveza y otras bebidas fermentadas y que desde hace décadas es un inquilino habitual en muchos laboratorios de investigación.

Aunque el trabajo puede ser acogido como un paso clave hacia la creación de vida artificial, el objetivo sigue estando muy lejano y parece mejor calificarlo de herramienta útil para lograr modificar organismos sencillos a gusto de las necesidades humanas. De hecho, los autores consideran que técnicas de este estilo podrían emplearse para lograr microrganismos especializados en descontaminar suelos y fabricar biocombustibles o fármacos.

EL MÁS PEQUEÑO En el experimento, cuyos detalles se publicaron anoche en la revista Science, los científicos extrajeron el más pequeño de los 16 cromosomas naturales de la levadura --los cromosomas son la unidad básica de la herencia que se transmite de padres a hijos-- y le colocaron el sintético, una circunstancia que no afectó a la supervivencia y a la funcionalidad del organismo. En el caso del experimento, el cromosoma seleccionado suponía solo el 2% del total del genoma de la levadura.

"Hemos demostrado que las células de la levadura que llevan el cromosoma sintético son normales", afirmó ayer Boeke en un comunicado facilitado por su universidad. "Se comportan de forma idéntica a la levadura normal, pero ahora poseen nuevas capacidades y pueden hacer cosas que las otras no pueden".

Queda mucho para fabricar un genoma completo, y no está claro si alguna vez se logrará incluso en organismos tan sencillos como la Saccharomyces cerevisiae, pero este es sin duda el primer paso obligatorio.

En cualquier caso, "por mucho que sintetices cromosomas, para que se repliquen siempre vas a necesitar colocarlos en una célula ya existente", explica el catedrático de Genética de la Universidad de Barcelona (UB) Jordi García-Fernández.

TRABAJO DE ORFEBRERÍA Más que una primicia mundial, la investigación es un trabajo de orfebrería en el que han participado 60 jóvenes estudiantes que se han dedicado a ensamblar trozo a trozo y en un orden concreto las piezas del genoma, prosigue García-Fernández. "Es una técnica tediosa. Van amplificando pequeños trozos que luego van metiendo dentro de un célula de levadura normal. No es muy complicado, pero necesitas muchas reacciones y mucho tiempo", añade el catedrático de la UB.