El Hospital Clínic, de Barcelona, implantó ayer el marcapasos cardiaco más diminuto del mundo, un pequeño cilindro de 2,4 centímetros de largo por 6,5 milimetros de diámetro, que se deposita en el interior del corazón sin depender de cables.

El aparato, que el Clínic ha colocado en cuatro pacientes, cubre todas las funciones que los prototipos previos realizaban separadamente: ejerce de batería, estimula eléctricamene al corazón que sufre arritmia o se ha detenido, e informa a los médicos del estado completo del órgano.

Su programación se realiza externamente, por radiofrecuencia. La inserción del nuevo marcapasos no exige abrir el tejido con el bisturí. Se inserta a bordo de un pequeño catéter a través de la vena femoral, en la ingle, y, una vez el catéter ha alcanzado el corazón, entra en su interior, donde deja libre el marcapasos.

Cuando este ha clavado sus pequeños anzuelos en la pared del corazón, el catéter se retira sin dejar heridas. Horas después, el paciente puede reiniciar su vida. Solo diez hospitales en el mundo, situados en Europa, EEUU y Asia, están autorizados a implantar este revolucionario marcapasos.