Los océanos cubren el 70% de la superficie de la Tierra, absorben hasta un tercio de las emisiones de efecto invernadero derivadas de la actividad humana y son una fuente nada desdeñable de generación de oxígeno a través del fitoplancton y las plantas marinas. A pesar de su importancia crucial en el equilibrio del ecosistema, los océanos fueron excluidos del Acuerdo del Clima de París, alcanzado en el 2015 con la intención de frenar el calentamiento global y sus consecuencias cada vez más catastróficas. Esa anomalía pretende subsanarse en la Cumbre del Clima de Naciones Unidas que Madrid albergará entre el 2 y el 13 de diciembre, la conocida como COP25, un foro que se trasladó a la capital española después de que la convulsión política en Chile forzara al país organizador a buscar un nuevo emplazamiento.

Sabemos que los corales, las marismas o los bosques de algas capturan muchísimo carbono. El océano también produce un montón de oxígeno y está concentrando más del 90% del aumento de la temperatura de la atmósfera. De modo que no solo está recibiendo los embates, sino que es muy probablemente una de las soluciones, asegura a este diario Maximiliano Bello, presidente de la comisión chilena al frente de la organización de COP25. Chile ha querido rebautizar la cumbre como la COP Azul, un nombre que busca resaltar la importancia que debería otorgarse a los océanos en la estrategia del marco de París. No será, sin embargo, inmediato. Bello calcula que se necesitarán al menos un par de años para incluirl los océanos en el marco regulatorio.

La cita de Madrid aspira también a reforzar los compromisos del sector privado en la reducción de emisiones y arrancar fechas específicas para alcanzar un saldo neutro de emisiones por parte de los países, según se ha explicado este martes en un acto organizado en Washington por las embajadas de España y Chile.

En la agenda también se abordarán los aspectos pendientes de la agenda regulatoria de París, a la que todavía le quedan flecos para completarse. Lo más urgente pasa por avanzar en aspectos clave de la negociación, como las fechas y los objetivos de cada país, asegura David Waskow, director de la Iniciativa Internacional sobre el Clima WRI, que promueve la cooperación multilateral en la lucha contra el cambio climático. En ese sentido, la cumbre verdaderamente decisiva será la del próximo año, ya que los objetivos se actualizan quinquenalmente.