Charo, una vecina del barrio de Lavapiés, en Madrid, cumplió 80 años en pleno confinamiento, por lo que no pudo celebrarlo con su familia. La señora forma parte de los grupos de riesgo ante el nuevo coronavirus, por lo que debe quedarse en casa y no salir de su vivienda a no ser que sea indispensable.

Aun así, sus vecinos se las ingeniaron para darle una sorpresa en su cumpleaños. Uno de ellos llamó a la puerta de Charo, siempre guardando la distancia de dos metros, y la sorprendió con una tarta de parte de todos los vecinos. Seguidamente, le pidió que se asomara a la ventana, donde descubrió la gran sorpresa: todos sus vecinos habían salido a sus ventanas, patios y balcones para cantarle el cumpleaños feliz.

La entrañable Charo, emocionada, no podía retener las lágrimas y no dejaba de agradecer a todos por el bonito gesto, y dedicó un aplauso generalizado a todos los que participaron en la sorpresa. Todo un ejemplo de unos vecinos que, aun estando aislados en casa, se las apañaron para hacer del día de Charo un día muy especial.