Las peticiones de ayuda al Banco de Alimentos aumentan cada semana, cada vez más familias les preguntan cómo pueden acceder a esos productos que precisan para su alimentación diaria, explica su portavoz Ángel Franco, que estima que la demanda durante durante la crisis del coronavirus ha aumentado al menos un 30%, aunque también destaca la generosa respuesta que están recibiendo de empresas, bancos y particulares.

Los Bancos de Alimentos se encuentran en una "situación compleja" ante ese aumento de la demanda de ayuda, principalmente a través de las oenegés que la reparten, y la escasez de alimentos, ya que tuvieron que suspender las actividades de recogida directa de alimentos y dependen de los ofrecimientos que están recibiendo de la industria alimentaria.

También de campañas de recaudación, como 'Ningún Hogar Sin Alimentos', impulsada por CaixaBank y la Fundación la Caixa, que ha conseguido reunir un millón de euros, al que la fundación ha sumado otro millón adicional, conviertiéndose en la mayor donación a las entidades de reparto de alimentos durante la crisis del coronavirus.

"Hay personas que acuden a nosotros o a organizaciones que reparten alimentos diciendo que estoy en una situación difícil, tengo hijos, estoy en paro, no puedo trabajar, no tengo ingresos, qué tengo que hacer, eso se ha multiplicado por cuatro el número de personas que requieren alimentos", explica Franco.

Calcula que si en el 2019, los bancos de alimentos atendieron a 1,1 millones de peticiones, la cifra se dispare hasta la registrada en 2014 que fue de 1,7 millones las personas que necesitaron la ayuda de los bancos.

Los bancos de alimentos, donde la mayoría de los 3.000 voluntarios son jubilados o prejubilados, han tendido que suplir ese déficit de personas voluntarias para poder seguir funcionando con estudiantes, otras personas solidarias, el Ejército o personal de Cruz Roja, entre otras opciones.

"En la anterior crisis económica, financiera y con destrucción de empleo, se pasó del empleo legal a una cierta economía sumergida, pero ahora está parada hasta la economía sumergida", reflexiona, en la que trabajan muchas de las personas vulnerables que estos día precisan la ayuda de los bancos de alimentos para sobrevivir.

Con una aportación de tan solo dos euros, los Bancos de Alimentos pueden proporcionar los alimentos básicos para una persona durante un día entero y, con una contribución de 20 euros, una familia pequeña se mantiene toda una semana.

En estos momentos, necesitan aprovisionar los alimentos más básicos y productos infantiles, como la leche, dado que entre los usuarios hay 41.000 lactantes y para mantener las existencias en sus almacenes, aumentar sustancialmente la compra de alimentos con esas donaciones económicas.