“Desnudos con causa” es el título del reportaje que en su primera edición del año dedica la revista Interviú a los calendarios que personas sin techo, cantautores y barberos protagonizan sin nada que esconder. Los tres colectivos buscan hacer visible su situación de esa manera. Unos buscan vivir de lo que aman, los otros simplemente vivir. Desnudos en el escenario, desnudos con la tijera en la mano o desnudos para mostrar su vulnerabilidad y exclusión.

Marcos, de 40 años y poeta de profesión, lleva siete años viviendo en las calles de Barcelona, mendigando para poder comer. Enrique, un gaditano de 47 años, pasea por la Ciudad Condal con una mochila de una prestigiosa universidad privada. No es profesor, tampoco alumno, vive en la calle desde hace un año y medio, y la mochila es el único lugar donde guardar sus cosas y mudarse de una acera a otra. Ambos se han conocido en una sesión de fotos donde se han despojado de todo junto a otros diez indigentes para protagonizar un calendario.

“Los ‘homeless’ se sienten desnudos en la calle”, explica José Sanabria, fotógrafo del almanaque. “Quieren mostrar cómo se sienten ante la gente cuando duermen en la calle: totalmente: totalmente vulnerables y desnudos”, añade Sanabria. El calendario ha sido promovido por la asociación Homeless Entrepreneur, que ayuda a los indigentes a desarrollar un trabajo para conseguir una vida normal.

ALQUILERES INSOSTENIBLES

En Madrid, en un pequeño local del céntrico barrio de Las Letras, un grupo de cantautores tampoco tiene nada que esconder. No son indigentes, pero les basta con una guitarra y un micrófono. “El gremio del cantautor ya no tiene oportunidades”, afirma Daniela Riso, propietaria del local ‘La Fídula’, promotor de este otro calendario alternativo. “Desde 2013 el Ayuntamiento de Madrid exige a los locales musicales unas condiciones de protección auditiva que requieren muchísima inversión de obra, además de las licencias, factores que han impulsado hacia arriba los alquileres hasta el punto de hacerlos insostenibles” explica Daniela, que lamenta que ahora solo importe lo comercial y las discográficas y programas de televisión “solo compren imagen y no música”.

Es el segundo año consecutivo que ‘La Fídula’ hace su calendario de artistas al desnudo para recaudar fondos que le ayuden a pagar el alquiler. “Tiene un significado simbólico, representa lo que siente el artista cuando se sube a un escenario: se desnuda”, afirma Daniela.