Los Mossos d'Esquadra han detenido a última hora de este miércoles a una octava persona por la violación múltiple a una joven de 18 años de Sabadell el pasado domingo. Entre los detenidos, además, figura un hombre que tiene una orden de expulsión de España. Así lo ha comunicado fuentes de la defensa a la salida de los juzgados de Sabadell, donde este miércoles los acusados han pasado a manos del juez. Durante la mañana se han sometido a varias ruedas de reconocimiento, pero no ha sido hasta la tarde cuando han empezado a declarar ante el titular del Juzgado de Instrucción número 2.

Las mismas fuentes han detallado que cuatro de los hombres tienen un expediente de extranjería abierto, mientras que otro cuenta con antecedentes por robo con fuerza. dada la situación administrativa de parte de los detenidos, el proceso podría alargarse más de lo habitual, según han comunicado los abogados. Por lo que refiere a la víctima, ha comparecido por la mañana y ha facilitado detalles sobre la agresión sexual múltiple.

La Fiscalía ha pedido prisión incondicional para los siete detenidos por la violación múltiple, a tres de ellos como autores de la agresión sexual y a otros cuatro como cooperadores necesarios.

CAMBIO DE ESCENARIO

Este miércoles también se ha conocido que el escenario donde tuvo lugar la brutal agresión no fue la fábrica abandonada del barrio de Can Feu y donde la Policía Municipal detuvo a los rimers seis sospechosos, sino una antigua sucursal bancaria situada a escaso metros del lugar, en la carretera de Terrassa. Se trata de un espacio lúgubre y sucio donde los Mossos d’Esquadra detuvieron la madrugada del lunes al martes al séptimo arrestado, y que se encontraba en situación de ocupación.

La presencia de espacios ocupados en la ciudad ha llevado al consistorio a llevar a cabo una tarea de reconocimiento de las diferentes naves con características parecidas a la de Can Feu, y que están ocupadas por sintecho. Se trata de una medida para tener más acurado el censo de personas que viven en infraviviendas, y donde el Ayuntamiento estima que viven unas 150 personas en toda la ciudad.

En el caso de naves industriales, se trataría de una treintena de personas que frecuentan unas nueve antiguas fábricas abandonadas, algunas con carencias evidentes de seguridad.