Jos Brecht encontró en la Encantada, una masía del siglo XIV ubicada en un bosque cercano a Castellterçol (Barcelona), el lugar ideal para esconderse. Llegó a finales de mayo con su mochila a la espalda y se presentó como un experto en plantas silvestres con propiedades medicinales. Dijo que era alguien que «viajaba por el mundo». No dijo que era el asesino del niño de 11 años Nicky Verstappen, cuyo crimen sacudió Holanda en 1998.

Jos escogió la Encantada seducido por un anuncio colgado en internet que solicitaba la colaboración de voluntarios para «un proyecto familiar» de fabricación y venta de ungüentos y cremas de cosmética elaboradas con productos naturales. El anuncio detallaba que el emplazamiento estaba en una casa rural rodeada de bosque, sin núcleos urbanos ni líneas eléctricas a la vista, sin contaminación, con chimenea y rituales de temazcal -junto a la masía hay tiendas de estética sioux-, una terapia de baños por sudoración. Justo lo que necesitaba Jos, el hombre más buscado de Holanda.

«Estuvo unos días de prueba, pero los superó sin problemas», explicó Lucas, el encargado de la Encantada, a quien ayer le tocó lidiar con numerosos periodistas holandeses. «El tío era una máquina, estaba fuerte y, a pesar de sus 55 años, en plena forma. Sabía mucho de plantas salvajes, de hacer trampas para cazar animales y era un buen leñador». Jos ni siquiera dormía dentro de la masía con la familia de Lucas, se había instalado en el bosque, atando una hamaca entre dos árboles y usando un plástico a modo de techo para protegerse de la lluvia. En su mochila han aparecido sobres de fruta deshidratada, una caña de pescar y un machete para cortar ramas. «No tenía ni una jarrita para el agua, ni teléfono, ni pedía internet, ni iba jamás al pueblo, ni quería saber nada de lo ocurría en el mundo. No podía llevar una vida más zen», subrayó Lucas. El acuerdo entre ambos consistía en que Jos echaba una mano con el proyecto familiar y a cambio recibía comida y agua.

En realidad, Jos era capaz de sobrevivir con menos. Durante los últimos años había pasado temporadas largas viviendo en una cabaña en la cordillera de los Vosgos (Francia), desde donde organizaba excursiones para turistas, a los que enseñaba a vivir de la naturaleza. En marzo, sin embargo, supo que la justicia holandesa le reclamaba una prueba de saliva para un nuevo banco de ADN.

Residente en una comunidad pequeña del sur de Holanda, comprendió que, aunque él se negara, algún familiar sí aceptaría participar -así ha sucedido- y terminarían identificándolo. A finales de marzo desapareció de los Vosgos dejando su móvil en la cabaña. Su madre falleció a los pocos días pero no dio señales de vida en el entierro. Su página de Facebook dejó de actualizarse. Sus amigos intentaron buscarlo sin éxito y lo dieron por perdido en abril. La convivencia entre el asesino a la fuga y la familia de Lucas fue apacible. Jos cumplía con su parte y jugaba a fútbol con los menores que se acercaban a la masía. Pero eso era todo. Con la hija de Lucas, casi de la misma edad que el fallecido Nicky, tampoco hubo «nada extraño». Hace un par de semanas, hasta la Encantada se acercó un antiguo voluntario a saludar a Lucas. Era holandés como Jos, y Lucas los presentó. El sábado, este hombre se conectó para leer la prensa de su país y se dio de bruces en los titulares con la cara del compatriota que había conocido en casa de Lucas: era el asesino de Nicky.

AGRESIÓN SEXUAL / Nicky Verstappen fue secuestrado en un campamento de verano en 1998. Su cadáver apareció en un bosque con signos de agresión sexual. Tenía 11 años y su desaparición, asesinato y violación conmocionaron a todo el país. Pero no se encontró al culpable. Hace algunos meses, con el nuevo banco de ADN, el de Nicky fue uno de los crímenes que se revisaron y los investigadores identificaron al hombre que llevaban buscando 21 años y las autoridades divulgaron su foto. El holandés que lo identificó llamó enseguida a la policía de su país. A la mañana siguiente, domingo, contactaron con el Cuerpo Nacional de Policía. Lucas pactó que a las 15.00 horas él saldría de la casa con Jos a cortar leña. Así lo hicieron, y en cuanto pisaron el camino, los policías saltaron sobre Jos.