La policía francesa detuvo ayer al conductor de relevo del autocar accidentado el martes en Francia. Los investigadores interrogarán al sustituto, de nacionalidad marroquí, a la espera de que el chófer que conducía el vehículo se recupere de sus heridas y pueda declarar. En el suceso murieron 11 marroquís y otros 38 resultaron heridos, 12 de los cuales se encuentran en estado grave.

De momento, la policía achaca el siniestro a la conducta imprudente del chófer, el mal estado del vehículo y la fuerte lluvia que caía. Los testimonios de los supervivientes no han servido de mucho porque son contradictorios. Algunos dicen que el autocar adelantó a un camión minutos antes del accidente, mientras que otros aseguran que fue el camión el que realizó el adelantamiento.

El bus se salió de la carretera sobre las 21.30 horas del martes, cerca de Liguge, a 12 kilómetros de Poitiers. La mayoría de los 48 ocupantes eran marroquís, de nacionalidad o de origen, residentes en Bélgica y que iban a su país, vía España, para las vacaciones.