Nueve personas, la mayoría inmigrantes en situación irregular en España y con escasos recursos económicos, accedieron a someterse a unas pruebas médicas que debían determinar su nivel compatibilidad para donar parte de su hígado a un acaudalado alcalde libanés que viajó a España y ofreció 40.000 al donante. El plan no funcionó, y al hombre, de 61 años, finalmente se le trasplantó en Barcelona un hígado de su propio hijo. Pero la investigación policial por la intentona de traficar con órganos ya estaba en marcha. Cinco personas han sido detenidas. El trasplantado, un palestino y otros tres libaneses, familiares del enfermo, que actuaron como mediadores y se encargaron de buscar a los candidatos para someterse a la intervención de trasplante.

Esta es la primera vez que se detiene en España a personas acusadas de un delito de tráfico de órganos. La voz de alarma la dio la coordinadora de una oenegé de Valencia que acudió a la comisaría para denunciar que una de las mujeres acogidas en uno de sus pisos le contó que le habían prometido 40.000 euros por parte de su hígado.