La intensa presión de las fuerzas de seguridad en el Campo de Gibraltar tras los incidentes de los últimos meses con los narcotraficantes sigue dando frutos. El último golpe lo ha asestado esta semana la Guardia Civil al desarticular una red criminal en la que participaban una decena de estibadores del puerto de Algeciras que ayudaban a los narcos a introducir la droga a gran escala en España. Estas operaciones ponen nerviosos a los traficantes, según explican agentes de la zona, que atribuyen a esa tensión el accidente sufrido por dos guardias que este lunes interceptaron un alijo en La Línea y fueron embestidos por un todoterreno para evitar que les detuvieran.

La operación se saldó con el arresto de 21 personas, entre ellos estibadores, transportistas y transitarios de aduanas, que actuaban de manera «coordinada» y se ofrecían para facilitar la entrada de grandes alijos de organizaciones internacionales. Entre los investigados se encontraba el conocido como Maradona de la coca, un narco asesinado recientemente en Marbella a la salida de la comunión de su hijo.

La investigación se inició a raíz de la información ofrecida por Brasil y Portugal sobre una operación de compra venta de coca en Madrid vinculada a una organización afincada en el Campo de Gibraltar y con contactos con redes de Colombia, Francia, Marruecos y Holanda. La trama se movía con fuertes medidas de seguridad. Disponían de material informático y de telefonía encriptado, cuya información era eliminada de forma remota para no comprometer al resto del grupo.

Finalmente, a principios de mayo se decidió establecer un dispositivo policial que permitió la intervención de 480 kilogramos de cocaína que iban a ser extraídos del puerto de Algeciras ocultos en la cabeza tractora de un camión que había accedido al puerto. Y los cogieron in fraganti.